La séptima temporada de la serie que narra las aventuras de algunos sobrevivientes al apocalipsis zombie y que transmite FOX1 simultáneamente con Estados Unidos, concluyó su primera fase y lo hizo en grande. Si no quieres enterarte de lo que sucedió en el octavo capítulo, te recomendamos no seguir leyendo.
Durante todo este ciclo se ha visto cómo Negan (Jeffrey Dean Morgan), el líder del grupo denominado «Los Salvadores», ha logrado poner de rodillas a Rick (Andrew Lincoln) y a todos los miembros de Alexandria, comenzando con el sádico asesinato de dos importantes personajes: Glenn (Steven Yeun) y Abraham (Michael Cudlitz).
En el último episodio emitido, Negan volvió a hacer de las suyas y mató a Spencer (Austin Nichols), destripándolo con un cuchillo, luego que éste le propusiera sacar a Rick del mando de su comunidad y ponerlo a él a cargo. Indignada, Rosita (Christian Serratos) intentó matarlo con la bala que le había hecho Eugene (Josh McDermitt), con la mala suerte que el disparo cayó en Lucille, su bate de béisbol, dejando al villano nuevamente al mando de la situación. Por supuesto que Negan no dejaría pasar esta afrenta y se desquitó pidiéndole a uno de los suyos que matara a otro miembro de Alexandria. Así, la nueva víctima fue Olivia (Ann Mahoney), la encargada de la despensa, asesinada de un balazo.
Finalmente, luego de una reveladora conversación con Michonne (Danai Gurira), Rick decide ponerse de pie y prepararse para luchar contra Negan y sus secuaces, llegando con su grupo a Hilltop, donde se reencontró con Maggie (Lauren Cohan), Sasha (Sonequa Martin-Green) y Daryl (Norman Reedus), quien logró escapar del Santuario durante el mismo capítulo con la ayuda de Jesus (Tom Payne).
La exitosa serie de AMC, que ya fue renovada para una octava temporada, regresará con los restantes ocho capítulos en febrero del 2017.