Con todo si no pa’ qué: La noche más esperada del evento terminó siendo un clamoroso éxito artístico, mediático y político. Tres poderosas mujeres chilenas dictaron cátedra de calidad artística y valentía sobre un escenario. Si antes de la jornada al gobierno le tiritaba la pera por Mon Laferte, después de ella el tiritón de pera es por la anunciada jornada de protesta del Día Internacional de la Mujer.
Efecto Kramer: El show de Stefan Kramer tuvo un impensado y beneficioso efecto: le quitó presión al Festival. Se preveía que la jornada más tensa y brígida iba a ser esta. Kramer rompió el hielo y acabó con los afanes censuradores. Hoy se vieron carteles en el público y se escuchó rugir al Monstruo con claridad.
Animadores: Salieron airosos del trance de despedir a Mon Laferte sin darle la Gaviota de Platino. Hicieron muy bien su trabajo sin hacerse notar demasiado.
Mon Laferte: ¿Por dónde empezar? Con las dos primeras canciones se echó al bolsillo al Monstruo. Demostró porqué es una de las mejores cantantes de habla hispana. Voz poderosa, actitud de artista de tomo y lomo, canciones que hacen llorar hasta a las piedras, músicos de verdad y una puesta en escena teatral. Toda la previa al precioso bolero “La Trenza” fue un momentazo: el monstruo gritando consignas contra Carabineros y Piñera que los encargados del audio no pudieron soslayar, mientras Mon hablaba con honestidad, estiró la cuerda al máximo y encaró lo de la citación de Carabineros. Luego, el mega-grupo de cincuenta folcloristas feministas (inicialmente creí que eran Lastesis) que interpretaron 2 cuecas choras, y la sorpresiva aparición de Francisca Valenzuela bailando también. Salvo esos dos momentos, su show fue una verdadera ametralladora de grandes éxitos, incluida su combativa tiradera “Plata ta tá”. Aparte de gran cantante, Mon lució atributos de show woman. Durante “No Te Funes Mi Marihuana” nuevamente le plantó cara al requerimiento de Carabineros y les lanzó un contundente desafío: “Si me tienen que llevar presa por decir lo que pienso, Llévenme presa!». ¿Los que iban a funarla? O no vinieron, o les dio colitis compulsiva y se fondearon al ver el show y el ambiente. Los evangélicos que iban a cantar el himno de Carabineros ni se notaron. Ganó Doble Gaviota y el público le pidió a gritos la de Platino, que de nuevo se la quedaron debiendo. Pudo haberse mandado la gran “Puma” Rodriguez, pero prefirió quedarse con las dos que tenía, y que anunció que iba a donar. Para más remate, alcanzó los 51 puntos de rating. El final emotivo con “Tu Falta de Querer”, con la galería iluminada con los celulares encendidos, rememoró la época de oro del Festival. Pedazo de espectáculo, poderoso, de clase mundial y lleno de agallas y calidad artística. Quedó en la galería de los shows más emblemáticos de la historia del evento. Se merece las Gaviotas que se ganó, la que le quedaron debiendo, y la plata que le pagaron. El problema no es ganarse la plata, es cómo se gana. Si haces un trabajo de calidad profesional que beneficia a otros, motiva a otros a mejorar y le llega al corazón de la gente, te mereces cada peso que te ganaste. Mon Laferte y Stefan Kramer dictaron cátedra de lo que significa “tener calle”. Va a estar difícil elegir entre los dos al mejor show del evento. Muy superiores a Ricky Martin. De los artistas que quedan, solamente Maroon 5 podría hacerles peso.
Javiera Contador: Tuvo muy buena recepción, y partió como avión. Fue Natalia Valdebenito versión sub 50. Simpática, con desplante y con un libreto de ritmo vertiginoso (volvió loca a la traductora en lenguaje de señas), disperso pero con ritmo muy bien aprendido y con constantes alusiones a la contingencia. Hizo todo lo que debió hacer Jani Dueñas el año pasado: una rutina pensada y probada en escenarios masivos, y sintonizada con el público que iba a enfrentar. En ningún momento perdió la atención del público. Sacó Doble Gaviota, bordeó los 52 puntos de rating y se transformó en una gratísima sorpresa, candidata seria a la revelación del evento. Me alegro por ella, pues es una mujer adorable y talentosa y honestamente temía por su suerte.
Francisca Valenzuela: Bacana total. Jugada al extremo. Guapa en todas las definiciones posibles de dicho concepto. No le importó lo tarde que salió ni el poco tiempo que le dieron. Show lleno de detalles: la bandera chilena dibujada con líneas blancas en un fondo negro en el escenario, su chaqueta alusiva a los que perdieron los ojos en las protestas, el final con el ojo tapado, su inicio de show con “Los Poderosos Mienten”, las alusiones permanentes a la huelga feminista, el troleo permanente a Carabineros, el himno de “Lastesis” cantado a todo pulmón por el Monstruo, la aparición de Claudio Parra de Los Jaivas. La Doble Gaviota era lo menos que se merecía. Fran fue el cierre perfecto para una jornada inolvidable.