El actor y presentador de noticias debutó en televisión a temprana edad. Trabajó en UCV TV, donde se desempeñó en el departamento de prensa, fue lector de noticias y produjo el espacio de la Tía Patricia.
Roberto Nicolini también se desarrolló en el teatro, especializándose en funciones para niños, lo que lo motivó a crear televisión dirigida a niños. Después de tener algunas experiencias fallidas con proyectos como «Para Saber y Jugar», se consolidó con «Pipiripao». En entrevista con La Cuarta, el animador recuerda el génesis del proyecto.
«Partimos los días sábados, muy tímidos, con un programa que se llamaba ‘Fiesta infantil’, desde una sala de transmisión, que era la escenografía, y ahí estábamos con el mono ‘Tuto’, que era toda una celebridad, sobre todo a la hora de contestar los centenares de cartas que les llegaban al programa. Una de las secciones más importantes», expresó.
Al respecto, explicó que la idea de leer la correspondencia. «Primero llegaba una camioneta Suzuki, de esos furgones, con la mitad de la carga de las cartas… Y terminamos en seis viajes diarios a retirar el Suzuki lleno de cartas. Hubo requerimientos de poner otro espacio para embodegar y de ahí sacábamos las cartas de los niños, que nos contaban distintas cosas. No eran solamente cartas de admiración. Es como lo que sería Facebook hoy, pero en expresión infantil», señaló.
De igual manera, Nicolini manifestó que, pese a no contar con un gran presupuesto, el programa logró tener éxito. «‘Pipiripao’ fue lo que hizo el canal al final. Se compró el transmisor, se compró equipo, se construyeron estudios, se pudo contratar personal de planta. La gente había sido despedida en su mayoría por una de las tantas quiebras de UCV TV, y logramos recuperar un canal entero«, aseguró.
Al respecto, Roberto se refirió a lo que fue su salida de la estación porteña, a la que llegó bastante joven. En ese sentido, el comunicador revela el motivo detrás de su retiro y, además, lo califica como «muy triste».
«Se me planteó, por parte de un gerente de la época, que yo era muy gordo, que estaba muy viejo para animar televisión infantil… En Estados Unidos, Mister Rogers hizo televisión pública infantil hasta grande, y el Viejo Pascuero es más viejo que yo, más gordo que yo, y los niños lo aman. No es un tema de prejuicio», comentó.
Y es que Nicolini atribuyó el despido por «envidia». «A mí me iba muy bien en términos de rating, pero además me pasó de que, claro, los otros animadores que han salido del semillero de UCV Televisión, todos los que han salido han triunfado en Santiago, pero en programas en Santiago. Nosotros lo hicimos desde la Quinta Región», explicó. Además, indicó que en ese tiempo el canal no tenía la autorización para transmitir a todo Chile, por lo que se creó un conflicto de interés.
Recibe el cariño del público
A pesar de lo triste que recuerda su salida de la estación, Nicolini reconoce que «siempre, donde quiera que vaya» recibe muestras de cariño y comentarios de personas que le aseguran que el programa significó mucho para ellos.
«Me ha pasado muchísimo que me invitan a matrimonios, o me invitan a ver enfermos, o me invitan a cumpleaños de gente adulta, porque de alguna manera representaba la imagen paterna que a veces no está muy bien delineada en Chile (…) En el caso mío, tengo puras satisfacciones hasta el día de hoy, y sobre todo cuando es un evento nostálgico ocurre que la sorpresa o los saludos van siendo siempre impactantes. Hay mucha gente que asocia episodios de su vida con el programa», dijo al citado medio.
En sus palabras, el actor reflexiona con lo que implicó «Pipiripao» para toda una generación de niños que creció viendo el show. «Se repitieron muchas generaciones de niños viendo el programa, y yo creo que fue así porque había sobre todo honestidad y creatividad. Mucha honestidad, mucha creatividad. Y una misión: que era informar, educar y entretener, que es lo que se echa de menos en la televisión de hoy día, que los contenidos son tan desechables», afirmó.
Finalmente, Nicolini manifestó que «todavía está vigente». «Hago muchas cosas. Entonces, cada vez que paso por ahí por el repertorio de lo que hemos hecho, se van formando nuevas generaciones (…) Ahora, los monos animados solos, sin el contexto de lo vivo, nunca tuvieron el éxito que tuvimos con la continuidad argumentada que hacía ‘Pipiripao’. Y ahí agradezco a todos los talentos que pasaron tanto en la realización, los elencos artísticos, los directores, productores, los libretistas y músicos, muy importantes», advirtió, reconociendo el trabajo de sus compañeros.
Para cerrar, Roberto Nicolini hizo una directa declaración con relación al término de «Pipiripao»: T, concluyó.