Un día de éxito para grandes músicos nacionales.
Animadores (5.0): Tuvieron una jornada harto más tranquila que la anterior, aunque Manuel García tuvo que darles una mano para que pudiera llevarse a cabo la competencia folklórica. Dejaron a Garras de Amor y Ráfaga sin premios a pesar de que el público los reclamaba.
Los Bunkers (7,0): Una actuación consagratoria. Se vio a una banda consolidada y madura, mucho más completa que la del 2007. No dieron tregua con un espectáculo plagado de excelentes canciones, tanto propias como covers de Silvio Rodriguez y Violeta Parra. Los de Concepción (a estas alturas, el “Liverpool chileno”) hace tiempo que se sacaron el mote de ser “los hermanos chicos de Los Tres” y han logrado ponerse a la altura de la banda de Alvaro Henriquez y marcar diferencias con ellos. Notable aparición de Manuel García (presagio de lo que vendría después) y genial la manera en que manejaron el morbo en torno a la interpretación de “Angel para un final”. Aprovecharon de dar mensajes políticos, lo que los muestra como consecuentes. Se ganaron el Tetra Pack y se merecían la Gaviota de Platino y las Llaves de la Cuidad más que “Chupetín de Fierro”. Para mi gusto, hasta ahora lo mejor del Festival, incluso por sobre Marc Anthony y “Chupetín”.
Zip Zup (6,0): El humorista predicador logró el favor del monstruo con una rutina de chistes cortos, rápidos y precisos. Es cierto que la mayoría eran viejos, pero lo importante es que los supo contar bien. Sorprendió su notorio parecido con el finado Felipe Camiroaga. Sacó doble antorcha, lo que se puede considerar exitoso para su debut.
Manuel García (7,0): Después de su show me bajé su discografía completa. Tenía referencias de lo buen cantante que era, pero nunca pensé que tenía tanta calidad. Es una mezcla entre Bob Dylan y Silvio Rodriguez, con canciones preciosas y letras profundas. Logró tal fervor en el público que le terminaron dando los cuatro premios (y al igual que Los Bunkers, le quedaron debiendo el quinto) y que él mismo tuvo que apaciguar al monstruo para dar paso a la competencia folklórica. Una actuación inolvidable, de lo mejor del evento. Lo de los mensajes políticos se esperaba, y lo hizo en términos respetuosos.
Garras de Amor y Ráfaga (5,0): Sigo insistiendo que había artistas chilenos como para llenar este espacio. Si hubieran cerrado Chico Trujillo o Juana Fe en vez de estos grupos argentinos, la noche hubiera sido de culto. “Garras de Amor” mostró la típica receta de la bailanta, con un vocalista destemplado. Ráfaga, lo mismo que en las visitas anteriores, pero con el pelito más corto. Hicieron lo suyo y les quedaron debiendo los premios.
Competencias: En lo internacional, pésima la canción española, con un cantante mezcla entre Miguelo y Ricky Martin que cantaba como si le estuvieran apretando las bolas y que ni vestido con la camiseta de Alexis Sánchez logró engrupirse al monstruo ni al jurado. Clasificaron los que tenían que clasificar: Italia, México y Panamá. En el folclor, se presentaron las seis canciones luego del impasse de la tercera noche, y también clasificaron las que lo merecían: Chile, México y Colombia. Las fichas las tengo puestas en Italia y Chile, respectivamente.
¿Rating o calidad? Si bien la jornada fue exitosa en términos de calidad, en cuanto a rating el festival se vio seriamente amagado por “Viva Dichato”, transmitido por MEGA. Los Bunkers fueron casi equiparados por el “Huaso Filomeno”, Locomía, King Africa y El Símbolo, que entre los cuatro no alcanzan a ser ni la uña encarnada de los rockeros penquistas. Y Manuel García fue claramente superado por “Los Atletas de la Risa”, grupo de humor callejero que explota una rutina pletórica en el doble sentido que está vedado este año en la Quinta Vergara. Claramente, el rating y la calidad artística están lejos de ser compatibles. Solamente “Dinamita Show”, Coco Legrand, Bombo Fica y Kramer ha sido capaces de lograr esa mágica combinación. No es extraño, considerando que en 1998 “Melón y Melame” fueron capaces de ganarle al primer concierto de U2 en Chile transmitido en directo por TVN, y que espectáculos de innegable calidad como los de Sting, Calle 13 y Luis Miguel tiene ratings más bien bajos. En la lógica de la TV, sale más a cuenta traer al Flaco y al Indio, que tal como dijeron ellos, lograron el doble puntos y costaron 100 veces menos que “Chupetín de Fierro”. Esto constituye un dilema tremendo para la organización del festival: si lo que se busca es rating, lo más efectivo parecen ser los artistas desechables y facilones, el humor de doble sentido e incluso el morbo (Ricardo Meruane), lo que implica bajar los estándares de calidad del evento.