Comenzó el Festival de Viña del Mar. Acá las notas de la primera jornada.
Obertura (6.0): Sobria, bonita y tecnologizada. Por un momento me sentí como en el Grammy. Bonito ver a Ubiergo, Florcita y a Millaray Viera, y muy poco premio para el ganador de “Talento Chileno”. El homenaje a Camiroaga fue sobrio y bonito, lo justo y necsario.
Animadores (5.0): Se nota mayor oficio. Rafa vestido como croupier de casino y Eva regia como siempre. La sevillana se condoreó feo dos veces con Diego Torres, una el equivocarse en la última actuación del argentino en la Quinta y la otra cuando dijo “y ahora viene el artista esperado de la noche”.
Diego Torres (5.5): Le tocó actuar frente a un público que venía a ver a Luis Miguel, y logró salir del paso con dos antorchas, aunque estuvo lejos de la gaviota. Un show con harta componente rockera, con muchos temas desconocidos dos tributos (Mercedes Sosa y Spinetta) y la aparición de la rapera española Mala Rodriguez y al final, su gran caballo de batalla, “Color Esperanza”. Su cometido, sin ser espectacular, resultó bastante más que digno.
Competencias: El jurado mató a la danesa, cuya canción era malísima. Al lado de ese tema, “Chica rica” estaba para pelear el Grammy. El resto, nada del otro mundo por ahora.
Luis Miguel (7.0): Se le podrán criticar muchas cosas extra-musicales, pero de que “Chupetín de Fierro” es un “cra” arriba del escenario, no hay duda alguna. Un espectáculo ciento por ciento profesional, con una banda espectacular y un cantante que mantiene intacta su calidad vocal. Ganador de antorchas, gaviota de platino y las llaves de la cuidad. Todo un record. Con esto, Luis Miguel lanzó su candidatura a lo mejor del evento.