Pese a su gran trayectoria artística, el actor Andrés Velasco tenía un desafío pendiente que actualmente se encuentra cumpliendo, el actuar en una obra de teatro de máscaras. En exclusiva les contamos detalles inéditos de “Con Empatía”, su nuevo proyecto.
En la puesta en escena que se presentará el 26 de septiembre a las 20:00 horas en el Teatro Nescafé de las Artes, el actor que interpreta a Marco en “Como La Vida Misma”, por medio de un hilarante monólogo, encarna a cuatro personajes de forma arquetípica: un borracho, un empresario, una burguesa y una narcisista, para así abordar el tema de la incomunicación cuando se cree que se es poseedor de la verdad.
En entrevista exclusiva con Andrés Velasco, el artista contó detalles inéditos de su experiencia dando vida a cuatro personajes en una misma obra, además debutando en el género teatral de las máscaras.
¿Cómo surgió tu interés por experimentar en el teatro de máscaras, Andrés?
Un día tomé un taller con Rodrigo Malbrán (director de la obra), ahí nos conocimos y me encontré por primera vez con el trabajo práctico de las máscaras. Abordamos este proyecto que, como buen trabajo de máscaras, lo que hace de alguna manera es retratar nuestra sociedad. Empezamos a hacer un trabajo de texto, Rodrigo tenía propuestas e iniciamos el montaje. Para mí es un doble desafío, porque significa por primera vez estar solo en escena y también por primera vez, trabajar una técnica nueva para mí. Interpretar cuatro personajes, dos hombres y dos mujeres, además reflejando nuestra sociedad, ha sido un trabajo súper interesante, muy desafiante.
¿Con qué dificultades te has encontrado al momento de interpretar a cuatro personajes en una misma puesta en escena?
Si bien yo trato de ser lo más disciplinado posible, me he dado cuenta que la forma en que mejor funciono es cuando me entrego y abandono el proceso intelectual, tratando de que sea más bien una experiencia mística. Uno se pone la máscara, el actor desaparece y uno se entrega a una nueva realidad. Todos los personajes tienen un poquito de eso, pero la diferencia está en que, con la máscara, al desaparecer el rasgo fundamental de identidad que es la cara, la gente lo deja de ver a uno y empieza a ver al personaje. Y en esa relación del espectador, se potencia la aparición de un nuevo ser en escena. Eso ha sido para mí una experiencia súper mágica, donde finalmente yo me abandono a estos personajes. Además, son cuatro roles súper distintos, hay unos que son más dramáticos que otros, unos más patéticos que otros, unos que tienen mucho humor y comedia, entonces permite hacer un viaje por la sociedad pero desde distintos prismas.
¿Cuáles son las temáticas que abordan estos cuatro personajes en sus respectivos monólogos?
El ser humano, la realidad chilena. Hay una pituca, una cuica que analiza desde su trinchera, cómo está el país. Yo diría que ese es el monólogo más gracioso, con más comedia. Por otro lado, hay un borracho al que le ha tocado sufrir el lado amargo de la sociedad, una persona que no pudo con el asunto financiero, que terminó cediendo y quebrando ante la imposibilidad de salir a flote con los créditos y el mundo bancario. También un empresario que se ha ensuciado las manos y una narcisa que intenta salir adelante en esta sociedad que tanto se fija en lo exterior, en cómo me veo y cómo estoy envejeciendo, y si envejezco es un fracaso en la vida, dejar de ser joven es como perder algo demasiado valioso. Finalmente, al retratar una sociedad completa en 55 minutos, es un viaje súper vertiginoso. Además de la gran demanda física, vocal y emocional, para mí es una experiencia muy veloz, es hacer un recorrido por el Chile actual con todos sus lados oscuros y también más luminosos.
Un reflejo de las sociedad que puede cobrar especial relevancia si consideramos que hace poco se cumplieron 50 años del Golpe de Estado de 1973, además de la compleja polarización actual…
Totalmente. Todos vivimos el 11 de septiembre, pero lo vivimos desde emplazamientos muy distintos, y eso es lo complejo. Yo defiendo y valoro mi postura, pero lo difícil es empatizar con la postura del otro. Por eso el nombre de la obra, “Con Empatía”… ¿Cómo hacemos para ponernos en el lugar del otro, aún cuando estamos en total desacuerdo? Creo que ese es el gran desafío que tenemos como sociedad, donde la palabra empatía es relativamente nueva en nuestro léxico cotidiano. Suena todo el tiempo pero es muy difícil la puesta en práctica. Usar la palabra no significa necesariamente que estemos practicándola. Creo que estamos viviendo un período súper polarizado, donde desde mi trinchera trato de defender mis banderas y resulta que no me pongo en ningún caso en el lugar del otro, porque no quiero, porque no me conviene, porque corro peligro, etcétera. Me parece muy relevante estar conversando estos temas hoy.
¿Cómo invitarías a los lectores de Fotech.cl para que vayan el 26 de septiembre a ver la obra “Con Empatía”?
Van a ver una obra en un estilo súper fácil de ver. A veces la gente se asusta un poquito, pero el teatro de máscaras es fácil de ver, donde el actor presenta a los personajes. También me van a ver a mí, no sólo van a ver la máscara, y se van a encontrar con un Chile que nos da gusto ver. Aunque algunas cosas nos parezcan amargas y queramos mirar para otro lado, en este caso es una obra que da gusto ver porque además de invitar a la reflexión, invita también a relajarnos con ciertos temas, a pasarlo bien, a entender al otro y darnos cuenta que en ese entender al otro, no estoy traicionándome. Creo que el teatro es un punto de encuentro y esta obra invita a eso, a que nos juntemos todos para mirar a Chile con empatía.