La actriz que actualmente se puede ver en pantalla interpretando a Betty en “#PobreNovio”, conversó la noche de este domingo con Martín Cárcamo en “De tú a tú”. Entre los diversos temas que tocó con el periodista, estuvo el de su llegada a TVN y cómo vivió el accidente que tuvo en 2007 cuando estaba en pleno proceso de rehabilitación.
Sobre su llegada al canal público, Alegría contó que entró a la Compañía de Teatro de Gustavo Meza y fue en una obra de este grupo que la vio la directora de teleseries del segundo semestre de TVN de esa época, María Eugenia Rencoret, quien la invitó a participar de una telenovela, pero Sigrid se negó, porque quería terminar la carrera. Luego, la volvió a invitar y la actriz le cuenta que está embarazada, a lo que la directora le responde, “’ten tu guagua y vuelve…’, y así lo hice y di la prueba de cámara con Pancho Melo y quedé”.
Además, recordó su primera teleserie en Televisión Nacional, “estaba en las micros, en los paraderos, me invitaron a los estelares”. Esto debido a que fue una de las protagonistas de “Borrón y Cuenta Nueva”, a los 23 años y su papel era el de una novicia, “un personaje donde yo no tenía ninguna información… me fui a meter a un convento y hablar con una de las monjitas que hacían trabajo social en la calle”, rememoró.
Otro momento importante en la vida de la actriz, fue el accidente en el año 2007, cuando chocó con el muro de un antejardín de una casa particular. Frente a este tema desclasificó, “yo llevaba, cuando choqué, un año de rehabilitada. Yo ya había hecho un año de terapia de rehabilitación en cocaína, me estaban dando de alta”.
Frente a la pregunta de Martín Cárcamo, desde cuándo consumía cocaína, confesó, “desde que empecé a exigirme ser lo más flaca posible para seguir con la pega”. “Me mantenía flaca con energía… y me servía, me funcionaba; pero llegó un minuto en que yo necesitaba salir. Esta euforia constante era agotadora, necesitaba encontrarme con la ternura. Ya tenía un hijo que era un poco más grande”.
Alegría confidenció que muy poca gente sabía esto, “porque no consumía para carretear, no era social, lo consumía para no engordar”. En relación a este tema, hizo una cruda descripción del ambiente en televisión y de la fama, “me sirvió mucho para enfrentar todas las guerrillas dentro de la fama, de la tele y de la competencia… de la belleza, la competencia con mis compañeras, con las otras actrices, con los hombres… que las actrices éramos todas regaladas… y empezaban a manipularte con tus contratos y que las actrices te escondían la ropa”.
Es así como conversó sobre lo difícil que fue entrar inmediatamente de protagonista, y cómo el consumo de cocaína le permitió no comer y tener más energía; además, la sustancia le hacía sentirse insensible, y así no le importaba no tener amigas dentro del camarín. Su consumo fue diario y duró seis años. Confesó que se empezó a enfermar y le provocó el efecto contrario, empezó a engordar y al final le agregó alcohol, lo que empeoró la situación.
Sigrid Alegría entró a una terapia grupal y se encontró que había otras personas que también trabajaban en televisión, “éramos varios los que queríamos salir de ahí y teníamos esta presión. En esa época la tele tenía un valor muy grande y era una mina de oro, la diferencia entre estar y no estar era gigante”.
Aclaró que fue en la época en que uno está armando su carrera, entonces trabajó mucho y si eran 14 horas seguidas de trabajo, lo hacía. “Tenías que ser hermosa, simpática, inteligente, trabajadora, correcta, porque si socialmente no eres correcta, no sirves, porque tenías que ser ejemplar… era muy exigente y no me lo quería perder”, confesó.
La actriz estuvo un año en terapia y cuando le preguntaron si estaba feliz, respondió que no, “estoy súper aburrida, son todos los días iguales, estoy enormemente gorda, no tengo amigos ni amigas de mi generación… no encuentro ningún premio a esta cuestión”.
Cuando ya casi había terminado el tratamiento, tuvo recaída, por lo que recurre a su terapeuta, que le da una pastilla para ayudarla en el proceso. Sin embargo, la actriz siente que no le hace efecto y compró una botella de pisco sour, sin saber que esa mezcla provocaba “demencia momentánea”. Ese fue el día que tuvo el choque contra el muro de un antejardín en una calle de Providencia en el año 2007. Ella no recuerda el momento del accidente y solo tiene algunas escenas de los días posteriores.
La actriz nunca había contado su adicción y reveló que lo hico ahora porque “me atrevo, porque han cambiado los tiempos, han pasado muchas cosas en Chile que a uno le permiten ser honesta, porque creo que puede ayudar… sé puede salir de las cosas, tienes que tener una buena razón. Mi primera razón fue el Alonso”. Además, agregó que existió la posibilidad de haber quedado con algún daño neurológico y eso le dio mucho susto.
Después de esta experiencia extrema, comenzó un nuevo tratamiento y logró recuperarse de la adicción, comprendió que la vida no siempre tiene que ser tan “adrenalínica” y hace 15 años que no consume nada de drogas y no bebe alcohol, señaló.