El bailarín lituano vivió el difícil desafío de convertirse en cargador en el Terminal Pesquero y de garzón en un local en el Mercado Central, donde finalmente terminó como cocinero. El trabajo le resultó más difícil de lo esperado y además se tuvo que enfrentar a un hecho que no estaba presupuestado.
Los vivenciales de “Rojo” se han convertido en una parte importante del programa de talentos, puesto que contrastan la vida de los artistas con diferentes rubros de trabajadores nacionales y concientizan en cuanto a la dificultad y rigurosidad que requieren muchas de las labores más invisibilizadas de la sociedad.
El protagonista de la última “Experiencia al Rojo” fue el jurado del espacio de TVN, Neilas Katinas, quien llegó hasta el Terminal Pesquero y el Mercado Central para trabajar en diversas posiciones. A pesar de que el bailarín llegó con muy buena disposición, las cosas se tornaron rápidamente en su contra porque el trabajo requerido escapaba a sus capacidades.
Pero hubo un hecho que generó la completa molestia del lituano, con justa razón, ya que sin ninguna provocación de parte de él, recibió el ataque homofóbico de un trabajador del Terminal Pesquero, quien le gritó, delante de toda la producción y de los asistentes: “¡Buena, rucio hueco!”, frase que inmediatamente causó el malestar del representante del programa conducido por Álvaro Escobar y le generó el deseo de irse del lugar.
Esta circunstancia fue mediada con aquel que obró como agresor en este hecho, puesto que la representante del lugar le exigió que pidiera disculpas a Katinas, pues no había ningún motivo razonable por el cual tener esa actitud. El trabajador aceptó y con una risa nerviosa en su rostro se disculpó por el hecho.
Un incómodo Neilas aceptó sus palabras y luego expresó: “Yo creo que una disculpa común y corriente ya hace que uno como persona se sienta mejor”, aludiendo a que el problema estaría resuelto luego del cambio de actitud y volviendo a reintegrarse al trabajo en el mercado.
Puedes revivir la experiencia completa acá: