Durante los últimos episodios, ha quedado en evidencia que Alana Rumián (Dayana Amigo) es una villana de armas tomar. Pese a estar encarcelada, la mujer no tuvo problemas en mandar a un sicario a acabar con la vida de Guillermo (Julio Milostich) y Bárbara (Paulina Eguiluz).
Como la policía de “Juego de Ilusiones” descubrió ciertas conexiones entre los crímenes de ambas víctimas, pronto comenzaron a sospechar de Ramiro (Julio Fuentes), el sicario, a quien observaron en cámaras visitar en más de una ocasión a Alana en El Faro.
Fue por ese motivo que la policía, liderada por Ignacio (Felipe Contreras), rápidamente envió a buscar a Ramiro, mientras se dirigió a la cárcel de mujeres donde está Mariana (Carolina Arregui) para interrogar a fondo a la villana.
Sin embargo, tal como quedó evidencia en el episodio de este jueves, justo cuando la pareja de Sofía (Magdalena Müller) estaba interrogando a Alana, Lucas (Giordano Rossi) le informó que encontraron al sicario, pero sin vida, siendo asesinado probablemente hace poco menos de una hora.
En ese contexto, la figura de Rumián claramente ya está bajo la mira de los detectives, solo que éstos no tienen las pruebas necesarias para probar el vínculo de Ramiro con la prisionera. Al respecto, resulta ser que Guzmán (Camilo Carmona) tuvo una peculiar conversación con Ignacio.
El tenso encuentro
En el adelanto emitido al final del episodio de “Juego de Ilusiones”, quedó en evidencia que el guardia de El Faro conversará con el detective justo después de la caótica entrevista que tuvo con Alana. En ese momento, hará una peculiar observación.
“¿Puedo darle un consejo?”, preguntó Guzmán, a lo que Ignacio contestó que sí. “No se tome a ella como un desafío personal, otros lo han hecho y se han vuelto locos“, expresó a continuación ante su intrigado interlocutor, que no entendía a qué se refería con “locos”.
“Sí, se obsesionan“, sostuvo el enigmático trabajador de la prisión, aunque en ese momento recibió la respuesta de Ignacio, una que definitivamente no esperaba. El detective, con total seguridad, le comunicó que ése no era el camino que seguiría.
“O sea que tu consejo es dejar que esta mujer siga haciendo de las suyas impunemente“, sostuvo, a lo que el guardia sólo bajó la mirada. “Lo siento, Guzmán, pero no. Esos no son mis códigos“, sentenció Ignacio para concluir.