Pareciera que es condición natural de las mujeres, pero para muchas no es así. Convertirse en madres conlleva procesos de dolor, angustia, rabia, esperanza y pena ante la incertidumbre de no saber si esta vez, habría una esperanza de fecundar en ellas.
Un proceso que la periodista Alejandra Matus conoce de cerca y que la tuvo luchando por su maternidad, entre intentos y pérdidas, para lograrlo finalmente a los 42 años.
“Salí de la universidad y me dediqué al periodismo, periodismo, periodismo… Y cuando miré, ya tenía más de 30 años. Me casé por segunda vez, mi marido era gringo, y descubrí que él no quería ser padre. De alguna manera se había casado conmigo porque yo era infértil”, contó la comunicadora a Claudio Olate, Luis Mateucci y Flor de Rap, sus compañeros de tertulia en la última emisión de “La Divina Comida”.
Luego de diversos intentos, logró su objetivo a los 38 años, sin embargo, su pareja no saltó de felicidad. “Él, realmente, no quería ser padre y es algo una opción legítima, pero yo, cuando quedé embarazada, todo mi cuerpo fue feliz y ahí recién descubrí cuánto quería ser madre”, contó la periodista.
Lamentablemente, su emoción inicial se derrumbó al poco tiempo. “A los tres meses perdí la guagua y ha sido la pena más grande que he tenido. Lloré de una manera que no sabía que podía llorar, no sabía que esos aullidos venían de mí”, detalló emocionada ante la mirada respetuosa de los otros invitados.
Al tiempo se separó y a los 40 años se emparejó de nuevo. “Lo único que quería era volver a quedar embarazada y él me dijo: yo quiero ser padre de tus hijos”, contó la periodista sobre el reinicio de los intentos para convertirse en madre, tomando incluso como ejemplo la experiencia que Cecilia Bolocco.
“Yo tenía todos los problemas de infertilidad habidos y por haber. Ahí está el factor Bolocco, porque en esa clínica, Cecilia Bolocco había quedado embarazada. Y si ella queda embarazada, por qué no vamos a quedar nosotras. Pero no es así, es una lotería, en realidad no sabes”, explicó Matus.
Pero a Alejandra Matus sí le resultó y a los 42 años tuvo a su primer hijo, y a los 49 llegó el segundo. “Con otro tratamiento, por supuesto”, aclaró.
Finalmente, la profesional reflexionó sobre todo este difícil camino que, en su caso, tuvo un final feliz, no sin vivir, por cierto, procesos muy dolorosos. “Por cada hijo, una pérdida. Cada hijo que uno pierde es un dolor inmenso. Igual pude quedar embarazada, pero es un duelo que uno lleva por el hijo que no fue. No es que el nacimiento reemplace a la pérdida. Es un dolor separado y un luto que yo honro”.