Este sábado, a las 16:30 horas, el deportista conocerá, junto al equipo de “Zona de Encuentro”, a personajes resilientes, fuertes, que son capaces de seguir adelante con alegría, ante la adversidad. El animador mostrará en el espacio “Este es mi mundo” a cuatro mujeres que preparan ollas comunes para sus vecinos en Bajos de Mena, en Puente Alto.
Día a día Nani, Anita, Rafa y Luz cocinan para más de 200 personas. “Conocemos a la gente, no sólo cocinamos, somos sus psicólogas, sus paños de lágrimas”, cuentan.
De entrada, estas cuatro empoderadas y pícaras mujeres encuentran a Pinilla “muy flaco”, pero el futbolista, se involucrará desde la empatía y la dignidad de los personajes, dando a conocer su faceta como entrevistador. También pelará papas, revuelve la olla, sirve la comida y saldrá a pedir donaciones entre los vecinos, momento en que conversará con ellos y conocerá de cerca su realidad.
“Es un muy lindo trabajo en equipo el que hacen, ayudan sin pedir nada a cambio y lo hacen con el corazón. Para mí son cuatro heroínas”, dice Pinilla, reconociendo que pelar las papas es una de las tareas más difíciles.
Con la carbonada lista, poco a poco comienzan a llegar los vecinos a buscar comida. Una de ellas es Andrea, fanática de la Universidad de Chile, una mujer divertida y muy coqueta con Mauricio. El nuevo animador de TVN, llegará hasta su casa donde conversará con ella y conocerá su potente historia como mamá de seis hijos, sola, con dos de ellos en situación de calle, y como su nieta hoy le da fuerza para seguir adelante.
También Pinilla estará con el matrimonio compuesto por Laura y Patricio. Él es discapacitado y vive junto a su esposa, en la sede social de una villa donde hay cerca de 107 familias en Puente Alto. Laura y Patricio preparan y entregan totalmente gratis, tres veces a la semana, pan amasado y leche para los adultos mayores y discapacitados del lugar.
En la ocasión, Pinilla meterá las manos en la masa, ayudará a Laura a hacer las más de 100 piezas de pan, y descubrirá más de su historia. La pareja se conoció por Internet mientras ella vivía en México, pero Patricio la conquistó y ella tomó sus maletas y se vino a Chile donde se enamoraron, casaron y hoy realizan una labor de solidaridad que beneficia a sus vecinos más allá del alimento, ya que también se preocupan por ayudarle a conseguir horas médicas y medicamentos a los abuelitos y discapacitados que viven solos y tienen poca capacidad para movilizarse.
“Terminé agotado de tanto amasar y Laura hace esto todos los días, es realmente admirable”, dice Mauricio Pinilla.