En una conversación con el podcast “Impacto en el Rostro”, en Spotify, la reconocida actriz nacional se refirió a su nuevo rol en la teleserie “La Torre de Mabel”, la nueva apuesta de AGTV para Canal 13.
Además, comentó sobre los miedos que invadieron al equipo que rodó escenas en el mes de mayo, cuando los contagios de COVID-19 en Chile iban en pleno aumento.
Estarás en la nueva apuesta dramática de la productora AGTV, «La Torre de Mabel». ¿Cuál es tu rol en ella?
¡Es lo más entretenido que hay! He gozado mucho haciendo a Graciela y la encuentro increíble. Primero, me he encontrado con Jaime Omeñaca, que es un pinche que tengo en la teleserie y, bueno, trabajar con él es lo más apasionante que hay. Es súper lúdico y entretenido. Mi personaje es una mujer jubilada que trabajó por años en la casa de la Coca (Guazzini), que es Meche, una mujer de muchos recursos. Mi personaje trabajó toda la vida en esa casa. Era la hija de la nana y dedicó su vida entera a esa familia. Luego jubiló y se compró un departamentito en la torre de Mabel. Y, como tiene una jubilación pequeñísima, se dedica al micro cultivo de marihuana en su propio departamento con fines terapéuticos, especialmente para ayudar a gente de la tercera edad. Tiene toda esa volada con sus plantitas. Mi personaje es muy entretenido. Ella se abre a todas las posibilidades después de haber estado esclavizada en la casa de los Elizondo. Ella toma todos los cursos de la municipalidad, se abre a hacer zumba, aprender inglés, jardinería, etc. Como una jubilada gozosa que, además se abre a la sexualidad por primera vez en su vida, y experimenta con uno por aquí, con uno por allá. Es un lindo personaje, lleno de vida y encanto.
¿Qué te parece la comedia a las 22:30 horas?
Me parece genial. En este tiempo en Chile es útil y necesitamos reír, necesitamos mirarnos desde el humor. Yo sé que es tremendamente doloroso lo que estamos viviendo. Además, venimos de un tiempo complejo con toda la revuelta popular. Es un tiempo en que las cosas que estaban invisibilizadas en Chile aparecen de manera drástica, te involucran y te hacen reflexionar. Es importante el humor porque es un espacio de reflexión distinto en donde se puede hacer crítica desde otro lado sin que nadie se moleste ni enoje. Hay algo amable en el humor, que a la vez es agudo y crítico. En fin, creo que es bueno hacer comedia, sobre todo en este tiempo.
Ustedes volvieron a grabar por algunos días, pero por la emergencia sanitaria, las grabaciones se han vuelto a suspender. ¿Cómo se ha tomado el equipo toda esta situación?
Bueno, con grandes dificultades, vivir en la incertidumbre no es fácil. Uno tenía un plan y nada de esto estaba en nuestros planes. Esto ha sido como un cambio de ruta, tiempos y plazos. Hemos logrado grabar un poco durante la pandemia, pero de una manera exótica; con mascarillas hasta el minuto de grabar, teniendo que mantener la distancia, por lo tanto, ha sido muy complejo porque el trabajo de los actores y actrices es un juego dinámico de distancias, cercanías, de tocarse, escupirse (ríe). O de desplegar una libertad en el contacto que uno no puede tener en esto momento. Por otro lado, es complejo seguir trabajando, porque está involucrada tu sobrevivencia.
Cuéntanos sobre las jornadas de grabación que alcanzaron a tener en mayo...
Cuando vino la cuarentena obligatoria para toda la Región Metropolitana, se suspendieron las grabaciones y alcanzamos a grabar dos semanas. En lo personal alcance a tener cuatro jornadas de trabajo y se intentó mantener rigurosamente el protocolo sanitario higienizando los estudios, todo el equipo que no era parte del elenco andaba con sus trajes de astronautas, con mascarillas especiales, guantes, botitas especiales, había alfombras sanitizadoras que uno tenía que pisar antes de entrar al estudio. La gente que no tenía auto la tenían que ir a buscar en unas vans higienizadas. No podíamos salir de los lugares de grabación o donde ocurría el trabajo nuestro, como por ejemplo, los casinos. Hubo todo un trabajo con las cámaras para dar la sensación de estar más cerca de lo que estábamos y creando maneras distintas de creas escenas románticas sin tocarse. Bueno, ahí también fue todo un descubrimiento de cómo hacer las cosas de otra manera, lo que resulta atractivo, pero también horroroso porque estábamos bien asustados de contagiarnos o de tener algún contacto y llevar eso a las casas… fue un tiempo muy loco.
¿Y se han sentido seguros con las medidas tomadas?
Lo que pasa es que este es un tiempo en que nadie se siente seguro sin importar las medidas que se tomen. Uno se pregunta naturalmente cómo parar la olla a fin de mes y está entre atreverse y grabar o no hacerlo. Entonces son hartos temas involucrados. Tampoco queremos que AGTV quiebre porque es un colectivo productor que está haciendo ficción en Chile y hay pocos que estén haciendo ficción acá, entonces uno también quisiera proteger esos espacios porque queremos que haya permanencia de la ficción en la televisión y, a mí, me parece muy importante que así sea, que no se abandone la ficción.