El primer reality de la historia de la televisión chilena, que comenzó a emitirse en enero de 2003, marcó un antes y un después en la historia de la televisión chilena. Además del impacto que generó en la audiencia, con ratings que incluso superaron los 50 puntos, “Protagonistas de la Fama”, regaló justamente eso, fama, a quienes participaron en esta instancia. Mayor exposición y dinero para los favoritos, aunque no siempre alegrías. Álvaro Ballero sabe de ello.
El viñamarino fue uno de los 14 jóvenes, de entre 18 y 27 años, que estuvieron en la casa estudio durante 91 días, con el sueño de hacerse famosos. Además, por cierto, del premio final que prometía un automóvil y un contrato para participar en alguna de las teleseries de Canal 13.
En ese escenario y 24 horas al día, diversas cámaras dispuestas en lugares estratégicos del lugar, monitorearon la cotidianeidad del grupo de jóvenes, donde Álvaro destacaba por su personalidad narcisista y directa. También juguetona y divertida.
De esa experiencia, Óscar Garcés, Aline Blanc, Catalina Bono y Álvaro Ballero fueron los finalistas, ganando finamente los dos últimos por votación del público.
De ahí en adelante, Ballero, de actuales 42 años, vivió una vorágine que le trajo la esperada fama, exagerada y apabullante, entre invitaciones a programas y acoso callejero. Una, que al final del día, no supo administrar emocional ni financieramente.
Odio a Ballero
Tras abandonar el encierro, Álvaro Ballero no regresó a la Universidad de Valparaíso para continuar sus estudios de Administración Pública. Luego, gracias a la publicidad que le hizo a una conocida empresa de telecomunicaciones, su nombre fue aún más conocido en todo el país. “Yo amo a Ballero”, repetía la gente en la calle, emulando la frase que el ex protagonista decía en pantalla.
“Hubo una lucha interna bien compleja y (Álvaro) quiso salir de ahí. Es una lucha hasta hoy. Odia ‘amo a Ballero’”, reconoció su hermana Carla, entrevistada en el capítulo “Solo quiero ser una estrella”, de la docuserie “Todo por la tele”.
En la producción audiovisual elaborada por La Tercera, La Cuarta y Glamorama, la ex integrante de “Morandé con Compañía”, se refirió al éxito y sufrimiento por el que pasó su único hermano hombre.
“La gente más cuica quería estar con Álvaro. O sea, nosotros íbamos al Portal La Dehesa y ¡ayyyy, si era una cosa! Yo decía: ‘¡pero qué pasa!’ No podíamos salir con Álvaro a la calle”, recordó en el espacio, insistiendo en lo difícil que se tornó la situación para un joven que en ese tiempo tenía solo 20 años. “Para él fue muy, muy heavy. Mucha plata, pero era algo que él no sabía llevar”.
El ejemplo de ello fue que, tras el pago del comercial de la mentada frase, Álvaro Ballero malgastó el dinero y descubrió que hacer una carrera en televisión no era tan fácil. Lo perdió todo y luego tuvo que reinventarse.
“De alguna manera la gente te ve como tonto. O sea, nosotros, los hermanos Ballero, ‘los tontitos’. O sea, ‘ella es linda y él medio hue…”, resumió Carla en la entrevista audiovisual, respecto a la visión que existe de ellos por haber participado en un reality o espacio de farándula.
Un prejuicio que en más de una oportunidad el propio Álvaro Ballero ha reconocido. “La verdad es que mi pasado de reality o de chico reality muchas veces me avergonzaba”, reflexionó, aunque también no deja de reconocer todas las buenas experiencias y oportunidades laborales que pudo alcanzar gracias a ello.