Desde su lanzamiento, el pasado mes de agosto, el actor se ha llenado de elogios por su interpretación de Antonio en la teleserie vespertina de TVN. Sin embargo, para él no fue nada de fácil cuando le presentaron el personaje.
Según confesó a LUN, “cuando me ofrecieron el rol de Antonio me dijeron: te tengo un personaje que es pura luz, luminoso, simpático, bueno para la talla. Es un gallo simple, liviano. Simplemente me aterré cuando me ofrecieron el papel“.
Y es que según explicó, “me costaba la felicidad, la alegría, reírme. Me he tenido que enfrentar a esa emoción con este personaje“. Esto, principalmente a los roles «oscuros» que le había tocado interpretar anteriormente como el padre Raimundo Zisternas en «La Poseída» y Esteban Donoso en «El Laberinto de Alicia».
Para poder dar vida a Antonio, indicó que empezó a fijarse “la gente liviana y en buscar el espacio amoroso, la transparencia, la simpleza”.
Incluso, pidió ayuda a su amigo Roberto Farías. “El gallo es intenso, denso, pero pese a que las cosas estén mal hay un aire que siempre me hacer ser amigo de él y que es su liviandad, su humor”, sostiene.