Lejos de los grandes lanzamientos mainstream de géneros como el pop, el primer semestre del 2013 en la música nos dejó grandes discos. ¿Será la segunda mitad del año tan buena como ésta? Ojalá así sea. Aquí procedo a dejar los que para mí, han sido los veinticinco mejores discos de lo que llevamos de año.
25. Hurts- Exile
24. Black Sabbath- 13
23. J. Cole – Born Sinner
22. Yeah Yeah Yeahs- Mosquito
21. Phoenix – Bankurupt!
20. Queens of Stone Age- Like Clockwork
19. Boards of Canada- Tomorrow Harvest
18. Savages – Silence Yourself
17. Laura Marling – Once I Was An Eagle
16. Depeche Mode – Delta Machine
15. The National – Trouble Will Find Me
14. Kurt Vile – Wakin on a pretty daze
13. My Bloody Valentine – MBV
12. Deerhunter- Monomania
11. Nick Cave and the Bad Seeds- Push The Sky Away
10. Atoms For Peace – Amok
Cansado de todo un tour con Radiohead, Thom Yorke se “chasconea” de la rigidez que caracteriza a dicha banda, y sumado a gente como Flea (de los Red Hot Chili Peppers) y Nigel Godrich, conocido productor de los autores de “Ok Computer”, realizan una especie de pop experimental a lo largo de nueve pistas, que van en una comunión intensa pero plausible, a la vez que forjan una nueva especie de pop. Aún sin que así lo quiera, los proyectos del frontman de Radiohead siempre resultan diferentes a lo que se hace en el panorama de la música actual.
9. The Knife – Shaking The Habitual
Tomando un ribete notoriamente más político en cuánto al contenido lírico, los suecos apuestan por la electrónica alternativa característica, pero con particular orientación hacia las percusiones. El mensaje cobra más fuerza, y posiciona a este disco como uno de los imprescindibles del catalogo del dúo.
8. Charli XCX – True Romance
La inglesa de veinte años, conocida por participar del hit mundial “I Love It” del dúo sueco Icona Pop, realiza un disco de pop, pero con un estilo orientado hacia el synth-pop como tal, logrando que canciones cuyo contenido lírico no se diferencia tanto del pop “de radio” -aquí puede encontrar mucha similitud con la letra del hit anteriormente mencionado, pero proyectado en todo un disco- desarrollen un estilo y forma propios. Es esa actitud indiferente, algo rebelde y desordenada lo que incluso se desprende de como interpreta ella. Si Miley Cirus en estos momentos es la cara visible de las rebeldes del pop, Charli es lo mismo, pero en versión alternativa.
7. Justin Timberlake – The 20/20 Experience
No es tan difícil armar un álbum derechamente pop, pero con una temática e intención claras. Ojalá muchos artistas hicieran esa lectura, como Timberlake, quién en diez tracks explora las relaciones sentimentales de diversos puntos de vista, dando lugar a la “visión 20/20”, que es lo que tanto pregona el título y los videos realizados a lo largo de esta era. Aún con una segunda parte a lanzarse a fines de Septiembre, este LP suena más estilizado que su anterior trabajo, poniendo énfasis en la parte orquestal, que le otorga fuerza y una elegancia impropia en el pop radial actual.
6. James Blake – Overgrown
El Londinense tiene una estructura y forma extraña de ver las composiciones pop, pero utiliza recursos tan variados, que en vez de sonar desordenado le da una orientación determinada y concisa. Es un pop ideal para oír tras un día agotador, por ejemplo. Y no sólo se queda con una fórmula, va explorando varias. La prueba está en encontrarse con artistas invitados como The RZA, quien le da otro impulso con un Rap agresivo, generando un contraste que en otras manos podría resultar desastroso, pero acá logra una armonía atípica. Así es todo el álbum, incluso.
5. Disclosure – Settle
Podrían ser otro dúo típico de house o electrónica, pero los hermanos Lawrence tienen una visión especial sobre el género en sí. Éste es de esos álbumes que puede poner en una fiesta sin preocuparse, porque durante algo más de una hora los británicos desarrollan un house limpio, sin tanto maquillaje ni uso de sintetizadores innecesario, por lo que consiguen desmarcarse de cualquier comparación posible. Es de esos debuts realmente prometedores.
4. David Bowie – The Next Day
Los últimos discos del intérprete de “Heroes”, cuya data es de más de diez años de diferencia con éste, habían resultado una decepción para muchos. Con una clara referencia a sus trabajos más icónicos -partiendo por la portada, homenaje al mismo disco de 1977- y con un sonido más limpio, pero lo-fi en cuánto a las vocales, hacen de éste uno de los retornos más excelsos de lo que llevamos de década, en cuándo a “Rockeros leyenda”. Con una videografía dirigida por la talentosa directora Floria Sigismondi, el mensaje queda más claro. Los religiosos podrán haberse asustado con el video del single que da nombre al álbum, pero Bowie busca ejemplificar su posición de leyenda, y este álbum es la prueba evidente del legado e influencia del Británico.
3. Daft Punk- Random Access Memories
Cuando muchos esperaban otra sesión sin parar de house bailable, lleno de loops y trucos “tradicionales” del dúo francés, estos revierten la fórmula que los hizo tan famosos. La esencia no se pierde, pero el hecho de que cada instrumento que no sea un sintetizador haya sido grabado íntegramente bajo la interpretación de productores de forma tangible, y no imitándolos con una maquina, le da otro sentido al disco como tal. Si reúnes además a leyendas del house y la onda disco en sus inicios, como Giorgio Moroder y Todd Edwards, el resultado es redondo. Suena como un perfecto mash-up de épocas pasadas, pero con una frescura inigualable. Esa dualidad se percibe a lo largo del álbum, que además posee instrumentales espectaculares, que en vez de ser relleno barato, forman parte de las 13 canciones, dando lugar al mejor retorno electrónico del año, hasta el momento.
2. Kanye West – Yeezus
“My Beautiful Dark Twisted Fantasy” había sido un disco tan trasgresor para el rap, una obra maestra del género, que la vara estaba altísima. Está claro que últimamente las opiniones sobre el trabajo de la pareja de Kim Kardashian se han polarizado y este disco es la prueba concreta: o lo amas, o lo odias. No hay términos medios. El resultado es realmente motivante. Lleno de ideas atrevidas, con cierta nostalgia a trabajos anteriores, pero llevando todo hacia una nueva dimensión. Es un disco oscuro, lleno del ego de Kanye, pero un ego que si bien puede resultar molesto para muchos, musicalmente hablando está demasiado bien canalizado. Con la ayuda del legendario productor Rick Rubin, y otros nombres tan rimbombantes como Daft Punk, “Yeezus” tiene una gama de recursos menos ostentosos que “Dark Fantasy”, pero igual de atrapantes.
1. Vampire Weekend – Modern Vampires of the City
La llamativa orientación de indie-pop-rock con toques de instrumentalización tribales que la banda había cultivado durante sus dos anteriores discos tiene un nuevo enfoque, mucho más fresco, en este trabajo. La banda da un paso de madurez, partiendo por letras llenas de dobles lecturas, con cierto ribete político, reflejando la modernidad de los días actuales. Estamos en una era de descontento, de nostalgia, y eso, llevado a cabo de forma pomposa y melódica, da como resultado un disco que contrasta entre estos dos elementos de la canción pop, pero siempre siendo llamativo y pegajoso. Personalmente nunca entenderé porque no tienen cabida en la radio mainstream ellos, porque este disco está lleno de canciones con aroma a “hit”. ¿Serán las letras complejas? Desde la apertura temática con la depresión de un desempleado que se levanta en una sombría mañana a buscar trabajo, enfoca la perspectiva de vida de diferentes personas en el mundo moderno. Difícilmente un álbum venidero en este año logre superar esa dualidad de complejidad lírica/ sencillez instrumental. Lo cierto es que Vampire Weekend lanzó la que se sitúa como su “obra cumbre”.