La brutal “reinvención” de Chilevisión de ser el canal del morbo y del sensacionalismo a un formato de TV más “familiar” y “buena onda” implicó, entre otras decisiones duras, la salida de sus dos “juezas”, la cubanísima Doctora Ana María Polo y la chilena Carmen Gloria Arroyo. Al poco andar, ambas encontraron nuevas casas en la TV abierta chilena, la primera en Canal 13 y la segunda en TVN, en donde han tenido auspiciosos comienzos en cuanto a rating. Esto hace preguntarse si el canal del emoticón sonriente hizo bien en prescindir de ellas.
La Doctora Polo es toda una potencia en la TV de habla hispana. Su talk show «Caso Cerrado» se transmite en muchos países, y en algunos como Colombia y Argentina lidera en sintonía. En Chile fue fenómeno cuando estuvo en Mega, lo fue también en su larga etapa en Chilevisión y es muy probable que también lo sea en Canal 13. Y en Chile ha marcado presencia importante: fue invitada estelar a una Teletón, fue parodiada por Che Copete en “Morandé con Compañía” y ha sido protagonista de diversos virales y rutinas de Stefan Kramer, incluyendo su reciente y exitoso show en el Festival de Viña. Por su parte, la jueza Arroyo se supo ganar un lugar en la TV chilena con su excelente trabajo en el programa “La Jueza”. Además, se evidenció como una verdadera “boy scout” al hacerse cargo del matinal del canal durante un buen tiempo e incluso al asumir (a contrapelo, según manifestó recientemente) una candidatura a Reina del Festival de Viña compitiendo contra rivales que perfectamente podrían ser sus hijas. Ahora está instalada en el “Muy Buenos Días”, donde ha sido un aporte invaluable en los debates de temas álgidos como la inmigración, el movimiento antivacunas y la eutanasia, en donde cumplió el sueño dorado de los «progres»: derrotar mediáticamente en una discusión valórica a José Antonio Kast. En algunas jornadas la presencia de la abogada Arroyo ha explicado el triunfo en rating del matinal de TVN, y si los ejecutivos del canal público tienen buen ojo, la veremos con programa propio a corto o mediano plazo.
Ante esto, ¿no será que Chilevisión se apuró demasiado en deshacerse de las juezas? Si bien en esos programas se trataban temas complicados, había cierta componente de morbo y, en particular en el caso de la Doctora Polo, existieron casos “fabricados”, no existía ni de cerca el sensacionalismo brutal y tropicaloide que se apreciaba en programas similares como el de Geraldo Rivera y el de Laura Bozzo. Además, generalmente aportaron buen rating y tenían una importante dosis de aporte educativo, pues entregaba información útil para tratar problemáticas de ocurrencia común. En otras palabras, con pequeños ajustes, estos dos programas podrían haber tenido perfecta cabida en el “nuevo Chilevisión”. Por otra parte, resulta incomprensible que se haya prescindido de las juezas y se sigan manteniendo “Espías del Amor” y “Primer Plano”, programas claramente basados en el morbo y el sensacionalismo.
Todo indica que los ejecutivos de Chilevisión se van a terminar arrepintiendo de haber dejado ir a las dos juezas. Por un error de juicio se farrearon a dos tremendos rostros televisivos, lo que pronto les pasará la cuenta.