Toda una hazaña resultó el rating que promedió «Las Cuatro Caras de La Moneda«, considerando que gente tan estimulante como nuestros candidatos a la Presidencia de la República en medio de un capítulo de «Noche de Gigantes» de 1984, debió medirse frente a realities llenos de chicas en colaless, humor pseudo-irónico, periodismo amarillista glamorizador de la delincuencia, segregación de clases en versión light y divertidilla, y programas de baile llenos de lluvia cayendo sobre -de nuevo- chicas en colaless.
El episodio más exitoso fue el de Marco Enríquez-Ominami, con 16.4 puntos de rating, mientras que el de Sebastián Piñera alcanzó los 14.5. Los candidatos del pacto Concertación-Juntos Podemos, Jorge Arrate y Eduardo Frei, alcanzaron apenas 11.1 y 10.6 puntos, respectivamente. Por cierto que en estas fluctuaciones influyó la potencia de la contraprogramación de cada día (era casi imposible hacer un buen papel frente a popcorns televisivos como «Fiebre de Baile», «133» o «El club de la comedia»). Pero a dos semanas de las elecciones presidenciales, el impacto del show de Don Francisco no es un dato menor.
Si fuera por el rating de este programa, Enríquez-Ominami y Piñera serían quienes pasen a la segunda vuelta, y el primero sería el próximo Presidente de Chile. Frei ni siquiera lograría más votos que Arrate, un candidato testimonial y de nicho que, sin embargo, cautiva con su simpatía y su actitud de Yoda. ¿Demasiada política-ficción? Dejando de lado preferencias políticas, el carisma de MEO es innegable. Y, por otro lado, ¿alguien creía que Frei iba a cautivar más audiencia que «Pelotón», «Fiebre de baile» y el «Caso Cerrado» chileno? Si hasta en su misma franja lo disimulan hasta el punto de hacerte pensar que, el próximo 11 de marzo, Bachelet le entregará la banda presidencial a una flecha roja. Frei es tan fome que ni poniéndolo a jugar Wii Don Francisco logró prenderlo.
Piñera, por su parte, genera amores y odios sin mucho término medio, pero sin duda es un panorama instalarse a ver si Don Francisco logra apretarle stop al cassette de frases hechas que es. Aunque antes que dijera algo como «la puerta giratoria», «el futuro y la esperanza» o «no hay mejor desinfectante que la luz solar», su encantadora y dicharachera señora se había robado la película. Y un individuo del estudio le hizo la pregunta que ningún periodista-intrépido-con-ansias-de-protagonismo se había atrevido (o se le había ocurrido) hacer: ¿Qué hay que hacer para ser millonario como usted? Porque ya todos hemos comprobado que levantarse temprano y trabajar duro no basta. No es mi candidato, pero me pareció que el de Piñera fue el episodio más sólido de los 4, quizás por esas mismas contradicciones y por lo capaz que fue de sortear el talento de Don Francisco para poner incómodas a las personas.
El de MEO, contradictoriamente, estuvo más débil, quizás porque MEO ya no sorprende, quizás porque en su afán de ganarle a Frei se está volviendo un poco «nunca quedas mal con nadie». Dejó hace rato de ser «el candidato alternativo» y esa mansedad en términos de show, no suma, sino que resta. Pero el rating podría estar indicando que la señora Juanita prefiere a ese MEO más moderado, e incluso le parece una buena opción para manejar los destinos del país. Pero, como todos quienes estamos medianamente cuerdos sabemos, ser fome no es un impedimento para ser presidente, y el Tony Caluga no está capacitado para tal investidura.
Es valorable la intención de instalar cuatro días de entrevistas políticas en el canal que tiene el prime más débil de los cuatro principales de nuestra televisión abierta. Aunque después de verlas, a mí me dan ganas de votar por Diamela Eltit para presidenta.