Tenía seis meses de embarazo cuando Araceli Díaz recibió la noticia que cambió de un momento a otro el curso de su existencia: su pareja, Sebastián “Cangri” Leiva, apareció sin vida en el desierto del altiplano boliviano, mientras en Santiago lo esperaban para celebrar el baby shower por el próximo nacimiento de su hija Josefa.
Desde esa fecha hasta ahora ya han pasado tres años, tiempo que no ha sido fácil para la joven fonoaudióloga en medio del término de su embarazo, la crianza en solitario y la nostalgia de ya no tener a su ex pareja. Pero cuando nació la pequeña, según sus palabras, fue el mejor regalo de su vida. “Nadie muere de pena (…) siempre va existir un motivo que te mantenga viva. Y tú eres ese motivo mi pequeña, tú eres esa alegría que aún tengo…”, posteó en su Instagram, acompañando el mensaje con una foto de ambas cuando la menor tenía un poco más de un mes.
Hoy, Josefa ya cumplió los dos años y es una niña activa, risueña y llena de curiosidad, cuyas andanzas y avances su madre da a conocer a través fotografías y videos que sube a esta misma red social. En ese contexto, recientemente publicó una tierna historia que da cuenta cómo su papá está presente en su vida, a pesar de no haberlo conocido.
En la grabación se ve cuando a Josefa le muestran el carnet de identidad de Cangri y le preguntan si sabe quién es. La pequeña responde “Mi papá”, al tiempo que acerca el documento a la cámara. Luego ríe feliz y vuelve a decir con alegría “¡este es mi papá, este es mi papá!”.
Posteriormente le muestran otra foto de Leiva, preguntándole de nuevo que quién era. “Quiero verlo”, pide la menor refiriéndose a la imagen, para repetir de nuevo y con emoción: “es mi papá”.
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