“La categoría es vivir, trabajar… ¡Pose!…” Ésta es la frase que no queremos dejar de oír. Sí, y es que aunque ésta es una serie que no ha tenido mucha publicidad y que se termina viendo por recomendaciones de amigos o por el boca a boca, se ha transformado rápidamente en una de las piezas de ficción más memorables e importantes en la historia de la televisión, no sólo de Estados Unidos, sino que del mundo entero.
“Pose” es una serie dramática que fue creada para mostrar la escena cultural afroamericana y latina LGBTIQ+ en los años ochenta y noventa, enfocada principalmente en el mundo del ballroom, donde compiten por trofeos y reconocimiento apoyándose en las denominadas “Casas”, encabezadas por una madre que cobija a su grupo de bailarines y modelos. La obra maestra creada por Ryan Murphy, Brad Falchuk y Steven Canals, se ha mantenido en la palestra como una producción que deja en alto la cultura queer, ya que además de mostrar la alegría y fiesta de los eventos, también aparecen las sombras y luces de una comunidad que, incluso al día de hoy, se debe mantener en la lucha frente al odio y la fobia.
Por lo mismo, la noticia de que con la tercera temporada (estrenada el pasado 2 de mayo), se ponía fin a la tan afamada serie, los fanáticos se volcaron a las redes sociales para mostrar su descontento con la decisión y la tristeza de no poder ver más a personajes tan entrañables como Pray Tell o Elektra.
Con una primera temporada exitosa que le valió elogios de parte de los expertos y una industria entera, logró llevarse nominaciones a los premios Emmy y Globos de Oro, no sólo a la serie, sino que también al actor detrás de Pray Tell, Billy Porter, quien se terminó llevando el galardón de la Academia de las Artes y Ciencias de la Televisión, siendo el primer hombre afroamericano homosexual en ganarlo.
Asimismo, la segunda temporada estrenada en el año 2019, fue aún más exitosa y más impactante, con giros dramáticos que logran transmitir la realidad de las comunidades queer en la década de los 80s y 90s.
De hecho, es tal vez eso mismo lo que hace que esta serie sea tan importante, porque así como se dice que en el caso del periodismo el lenguaje crea realidad, al parecer la ficción ayuda a comprender la misma, y “Pose” lo hace a la perfección, mostrando cómo el mundo del ballroom y las denominadas “Casas”, se transformaban en una especie de lugar seguro donde un grupo de personas que afuera no eran consideradas parte de la sociedad, podían convivir en libertad. De hecho así lo describe Blanca en uno de los primeros episodios al decir que el ball “es una reunión de gente que no está invitada a reunirse en ningún otro lado. La celebración de una vida que el resto del mundo no cree digna de ser celebrada”. Una serie que logra mostrar esto con una narrativa perfecta que mezcla los colores, espectáculo, el brillo y la competencia, con realidades que aún se mantienen, como la crisis del VIH, la homofobia, transfobia y la desolación de vivir en un mundo donde aún no eres considerado “normal”.
Y es en esto último donde es necesario detenerse, porque tal vez si hacemos un análisis a fondo nos daríamos cuenta de que, como lo hemos dicho en reiteradas ocasiones, este tipo de contenidos son los que se hacen aún más necesarios en la actualidad, en un mundo donde nos estamos desmoronando por un virus letal y que no contentos con eso nos matamos entre nosotros porque nos creemos con la autoridad de definir lo que es correcto o no, y no nos detenemos a pensar en la felicidad y libertad del otro, quedándonos en pensamientos arcaicos y segregadores que solo logran una cosa: Odio. La serie de Murphy, Falchuk y Canals logra educar a fondo en este aspecto, mostrándonos incluso de manera gráfica la creación de comunidades que se apoyan entre sí ante la intolerancia, como es el caso de Damon con Blanca, quien lo apoya luego de que este queda a la deriva después de “Salir del closet” con sus padres. O el poder de la amistad y el empoderamiento, que nos enseña Pray Tell cada vez que decide subirse al escenario aunque tenga una mochila gigante tras sus hombros, o la furia de la queen de queens, Elektra quien muestra el verdadero espíritu del orgullo, siendo capaz de lo que sea por lograr ser respetada por lo que es.
Porque si hay algo que la pandemia nos ha enseñado es que este tipo de contenidos son primordiales para nuestras vidas y que mejor si a su vez nos educan y muestran mundos que a veces nos parecen lejanos, pero que en realidad son más comunes de lo que creemos.
Esperemos que no sea la última serie de este tipo que se tome nuestras noches y días, porque si ya me quitaron a Juan Gabriel, Bowie y Mercury, que me quiten lo que sea, menos a Pray Tell y la espectacular Elektra…