Para los que seguimos “Hora 20” y “#Vigilantes”, el jueves 30 de abril del 2015 fue una jornada triste. La crisis económica que afecta a la industria de la TV abierta cobró sus primeras víctimas. Por razones financieras, La Red se vio obligada a desarmar violentamente el mejor tren de programas nacionales que ha tenido en su historia. La gran víctima: el área de prensa.
Los primeros anuncios fueron los abruptos finales de “La Tarde de Todos” y “Avanti!”. Luego, la lapidaria entrevista del director del canal privado Javier Urrutia al diario “La Tercera”, quien señaló los problemas de costos que se vivía en la industria, la pérdida de ingresos publicitarios y anunció sin anestesia que se verían obligados a tomar “decisiones dolorosas”, donde tendrían que sacar “no solo grasa, sino que también músculo”.
Y así no más fue. El dueño del canal, el mexicano Angel González, le pidió a Urrutia ajustar los presupuestos del canal a la realidad del mercado televisivo nacional, y Urrutia tuvo que proceder en consecuencia. El primer anuncio del apocalipsis del Canal “na’ que ver” fue el despido de Felipe Vidal, rostro histórico, parte del inventario, un verdadero boy-scout que hizo de todo. Es, guardando las proporciones, como si echaran a Pedro Carcuro de TVN. Más tarde, se supo del desguace de lo mejor que tenía La Red: su departamento de prensa. Se acabaron “Hora 07”, “Hora 20” y “#Vigilantes”. Por ahora, se salvan “Mujeres Primero”, “Mañaneros”, “Intrusos”, “Mentiras Verdaderas” y “Así Somos”.
Desde el punto de vista programático, esto constituye una gran pérdida para la TV chilena. Los programas clausurados, si bien no marcaban en el People Meter, lograron marcar presencia importante estando programados a contrapelo. “Hora 20” competía contra las teleseries vespertinas, mientras que “#Vigilantes” lo hacía contra los noticieros centrales. Ambos programas fueron fenómenos en las redes sociales, en especial “#Vigilantes” que ponía al menos un TT a nivel nacional en Twitter. Además, abrieron espacios a la discusión ciudadana, pusieron temas en la palestra y se transformaron en una excelente instancia para explicar la actual crisis institucional de Chile.
Lamentablemente, La Red aún no ha encontrado la manera de traducir en ingresos monetarios su éxito en redes sociales y Youtube. Estamos en un momento en que un mercado televisivo históricamente pequeño se empieza a achicar aún más, la torta publicitaria se reduce progresivamente y uno de los comensales (Mega) se está llevando la mayor parte gracias a una mezcla de suerte y muy buenas decisiones. La TV abierta no ha sido capaz hasta ahora de detener la fuga de televidentes hacia el cable, Netflix e Internet. En este momento una teleserie extranjera muy bien escogida o incluso un pendejo con una webcam pueden perfectamente acaparar gran sintonía con cero costo, haciendo inviable cualquier idea que requiera un cierto nivel de producción. La inversión publicitaria se guía a través de los resultados del People Meter, que genera serias dudas como instrumento de medición.
A pesar de esta realidad económica indesmentible, igual causa suspicacia en algunos que los programas clausurados sean los de debate ciudadano y donde se hacía análisis crítico de la actualidad, justo en un momento en que la clase dirigente está más cuestionada que nunca. El recuerdo del final de “Chile a Prueba de Jiles” y el despido de Edo Caroe el año pasado parece justificar lo anterior. Si fuera simplemente censura a programas de prensa o de discusión de actualidad, los habrían cortado solamente a ellos sin afectar a otras áreas. ¿Por qué no fueron tocados “Mañaneros”, “Mentiras Verdaderas” y “Así Somos”, que le dan amplia cabida a la actualidad? ¿Por qué se cortó antes “La Tarde de Todos”, que no era programa de actualidad?.
La despedida de “#Vigilantes” fue un verdadero “funeral vikingo”, como señaló Nicolás Copano al inicio. Se fueron con la frente en alto, la conciencia tranquila, y rebosantes de dignidad. El discurso de despedida de Copano fue emotivo. Queda la sensación que se terminó algo que tenía cuerda para seguir mucho tiempo más. Ahora habrá que ver en donde pondrán a profesionales valiosos como Beatriz Sánchez y Nicolás Copano, que siguen en La Red. La primera podría encontrar perfectamente lugar en “Mentiras Verdaderas”, programa que ha conducido en más de una ocasión. Lo de Copano es más difícil, pues si bien su lugar natural sería “Mentiras Verdaderas”, ello le significaría trabajar con Ignacio Franzani, con quien tiene un conflicto de larga data desde el final abrupto de “Canal Copano” en Vía X. Quizás su lugar está más bien en “Mañaneros” o en “Intrusos”.
En una televisión desesperada por resultados de corto plazo, los experimentos y nuevas ideas tienen poco o ningún espacio para desarrollarse. Desde un punto de vista de corto plazo, Rock & Pop TV fue un fracaso pues no fue capaz de sobrevivir a las exigencias económicas del momento. Sin embargo, a largo plazo fue un exitazo, pues hicieron escuela y aportaron una verdadera constelación de rostros que ahora son los que mandan en TV. Los creadores de “31 Minutos”, conductores, rostros ancla de noticias y hasta animadores del Festival de Viña salieron de ahí. Creo que con estos experimentos programáticos de La Red va a pasar algo similar: ahora están en el suelo, pero en algunos años más van a ser la fuerza dominante. Por de pronto, tenemos a Verónica Franco en Cooperativa, a Beatriz Sánchez recién contratada en Radio La Clave y a Copano afincado en esa misma radio, y con su factoría de contenidos multimedia MQLTV, que puede deparar bastantes sorpresas en el futuro.