Se podría pensar que nacer en el lujo, las comodidades, la fama y las luces son sinónimo de una vida sin dificultades y responsabilidades. Pero a pesar de que justamente las carencias materiales no fueron problema en la crianza de los hijos de Michael Jackson, ésta se caracterizó por ser estricta, rigurosa y consciente del valor del esfuerzo.
Así lo reveló Paris, la hija del desaparecido cantante, en conversación con Naomi Campbell para el programa «No Filter», que conduce la modelo y que se transmite por Youtube. En la oportunidad, la joven contó cómo fue la infancia al lado del rey del pop; una que, más allá del glamour, viajes y estancias en hoteles de cinco estrellas, la preocupación principal de su padre fue la de entregarles cultura y educación. “Fue muy bueno”, reconoció, agregando además que, a pesar de la muerte prematura de su progenitor -tenía 11 años a su fallecimiento- ella y sus hermanos lo disfrutaron al máximo.
“Vimos de todo: países del tercer mundo, todas partes del espectro. Fue una bendición y un privilegio poder vivir tanto a una edad tan joven”, explicó.
Indicó también que, a medida que fueron creciendo, para acceder a algunos gustos tenían que cumplir obligaciones. “Incluso cuando éramos pequeños, todo giraba en torno a la idea de ganarse las cosas. Si queríamos cinco juguetes de FAO Schwarz o Toys R Us, teníamos que leer cinco libros. Había que ganárselos, no teníamos derecho a ciertas cosas porque sí. Es como trabajar duro para lograrlo”.
Paris Jackson fue la única de los hijos del intérprete que hasta ahora se ha acercado al mundo del espectáculo, incursionando como modelo, en la música y la actuación. Pero más que aprovecharse de su famoso apellido, la joven de 23 años, confesó a Campbell que espera e incluso prefiere que le exijan audiciones antes de acceder a un papel o un contrato discográfico.
Justamente, para rendir homenaje a todas las enseñanzas que su padre le inculcó.