La noticia de la crisis de la pareja formada por los periodistas de TVN Mónica Pérez y Francisco Sagredo ha tomado ribetes de teleserie. Cuesta no acordarse de “Los Exitosos Pells”. Los primeros antecedentes dejan bastante mal parado al fachoso periodista deportivo, quien ha sido acusado de ser infiel a su esposa con al menos dos mujeres: una compañera de trabajo y una voluptuosa periodista argentina con quien trabaja comentando los mejores goles de la fecha.
Más allá de esta descripción inicial, no pretendo referirme más al cahuín en sí, sino que más bien reflexionar respecto a la manera en que ha sido tratado el tema por los programas de farándula. En particular, me molestó y me dio asco ver a reporteros acosando a los implicados, en especial a Mónica Pérez, cuales buitres volando alrededor de un cadáver, y mostrando una descomunal y pavorosa falta de humanidad. Estos reporteros de rapiña, seguramente obligados por sus jefes, parecen no tener límites, y han demostrado ser capaces de morderle la oreja a un leproso con tal de obtener rating. Este es el tipo de cosas que me hacen despreciar el periodismo de farándula.
Es el mismo tipo de persecución que se le hace a personajes como Luli, Valentina Roth, Pablo Schilling, Adriana Barrientos, Pamela Díaz, Rocío Marengo, Ronny Dance, Mariana Marino, Kel Calderón y Raquel Argandoña. Para todos ellos, por mucho que para las cámaras se hagan los indignados y exijan a los cuatro vientos respeto por su “privacidad”, estos escándalos muchas veces han resultado ser vulgares tongos, intencionados o no, que aprovechan para ganar pantalla, aparecer en las portadas de LUN y La Cuarta, ser invitados a programas de farándula y a eventos en discotecas, cobrando ingentes sumas de dinero por ello. En otras palabras, hay un acuerdo tácito entre los periodistas y los personajes, donde ambos consiguen su objetivo y salen ganando.
Sin embargo, el caso de Francisco Sagredo y Mónica Pérez es totalmente diferente. Ambos son profesionales serios y respetados en sus respectivos ámbitos. En términos de nivel periodístico, metemos a todos los “buitres” que los acosaron en una juguera y lo que sale no alcanza a ser ni la uña encarnada de ellos. Mónica Pérez es If the storage medium has sustained physical damage or just produces read errors, then you can use this freeware program to try and recover as much of the hard drive recovery software free as possible. una de las grandes periodistas de la TV chilena, reportera reconocida por su recordada labor en la cobertura del juicio a Pinochet en Londres y con destacada participación en la temporada 2012 de “Esto No Tiene Nombre”. Por otra parte, los pecados o errores maritales que pudo cometer Sagredo no restan mérito alguno a su condición de periodista deportivo serio, autor de un gran libro de investigación como “La Caída”.
Es cierto que Mónica Pérez ha tenido apariciones en el “Buenos Días a Todos” donde ha mostrado su lado encantador y simpático, lo cual incluso le significó hacerse con el cetro de Reina Guachaca. También es cierto que ambos, tanto individualmente como en conjunto, han concedido ocasionales entrevistas en algunos programas de TV y revistas de papel couché, en donde han hablado de su vida privada, e incluso han tocado temas fuertes, como la muerte del hijo que ella esperaba dentro de su vientre. Sin embargo, ello no le da permiso a los “buitres” para invadir su privacidad de manera tan impúdica, apelando a esa absurda idea de que “si abres la puerta de tu vida privada a los medios, después ya no la puedes cerrar”. Cada uno es dueño de su vida privada, y tiene derecho a decidir cuándo abrirla a los medios, hasta qué punto y a quién. ¿Acaso hay que vivir como ermitaño o como monje de claustro, ir de la casa al trabajo ida y vuelta, no socializar con nadie y encerrarse en la casa como si fuera un búnker para que respeten tu privacidad, como lo tuvo que hacer el ídolo musical argentino Sandro?. A diferencia de las “estrellitas” faranduleras ya citadas, Sagredo y Pérez no son reconocidos por ventilar y lucrar con sus escándalos y su vida privada, sino que por su gran trabajo profesional. No son parte de la farándula, y por lo tanto no se merecen el acoso de los “buitres” con título de periodista.
Ojalá que lo que suceda con Mónica y Francisco sea lo mejor, tanto para ellos como para su hijita. Quizás sea buena idea que Sagredo se vaya al naciente canal de Copesa. Por sobretodo, ambos se merecen respeto como personas. Si los “buitres” quieren acosar, háganlo con los verdaderamente faranduleros, pero dejen tranquilos a los que quieren ganarse el sustento y el prestigio por el camino del profesionalismo y el trabajo de calidad.