Este ha sido un año de cambios para el noticiero matinal de Canal 13: tres de sus principales pilares, Carolina Urrejola, Iván Valenzuela y Eduardo Fuentes se fueron a cumplir otras labores. Carolina está en Teletarde, Iván en un ultra-renovado Teletrece junto a Soledad Onetto y Eduardo Fuentes con una oportunidad en “Alfombra Roja”, justo premio a un brillante desempeño de varios años “pelando el ajo” en las mañanas, haciendo reemplazos y despertando a los chilenos con su natural simpatía.
Estos tres grandes profesionales dejaron una altísima vara a sus sucesores, y eso se sintió mucho en los primeros programas, donde en especial los “viudos” de Urrejola y Valenzuela se quejaban amargamente de su ausencia. Sin embargo, poco a poco, Constanza Santa María, Paulo Ramírez y Eduardo de la Iglesia han logrado tomarle el pulso al programa y han logrado al menos mantener el nivel de este programa, uno de los grandes aportes de la TV chilena.
De los tres, creo que a la Cony no le costó tanto, en esencia porque el formato de este programa era más que conocido para ella. De hecho, por lo menos para mí, “En Boca de Todos” es ni más ni menos que la versión más adulta y madura de “Pantalla Abierta”, programa periodístico vespertino de inicios de esta década, del cual fue ideóloga, alma y conductora. Yo fui seguidor del “Pantalla” y recuerdo muy bien que, cuando Cony se fue a finales del 2002, muchos mencionaron como posible sucesora a…Carolina Urrejola, entonces emergente periodista que comentaba actualidad en “El Interruptor” de Vía X junto a José Miguel Villouta. Con el tiempo, el programa ha tenido una gran influencia, que se nota en otros proyectos como “Efecto Dominó”, “6 PM” y “UCV Noticias”. En el “En Boca”, se ha visto, potenciadas con los años y la experiencia adquirida, las virtudes que hicieron destacar a la periodista de 1.58 mts de altura en el “Pantalla”: asertividad y agudeza a la hora de preguntar, que han podido desarrollarse en un formato mucho más propicio para sus cualidades. Cony es para mucho más que leer el telepronter y presentar las notas de otros, como en Teletrece. Recuerdo una notable entrevista que le hizo al obispo auxiliar de Santiago Fernando Chomalí a propósito del tema del aborto terapéutico. No cualquiera es capaz de acorralar sin asco y poner contra las cuerdas a Chomalí, autoridad intelectual de la Iglesia Católica en temas valóricos, en el mismísimo Canal 13 (que por mucho que haya Blogs y Twitter en el noticiero, sigue siendo Canal 13) y más aún bajo el mando de la administración más conservadora que jamás ha tenido ese canal, con una editora de contenidos Opus Dei. Es una periodista que da garantías de credibilidad e imparcialidad, a pesar del pequeño desliz en la ya memorable foto con Obama en Washington, donde creo que se dejó llevar por el entusiasmo.
Paulo Ramírez la tuvo difícil en un comienzo. De partida, se dio a conocer como crítico de TV (y de los duros), por lo que bien podemos sacar a colación eso de “otra cosa es con guitarra”. Su experiencia previa al “En Boca” consistió en algún cargo ejecutivo, algunos programas de radio y la conducción de “La belleza de pensar”, un clásico de la TV culta. Creo que a Ramírez le pesó demasiado en un principio el fantasma de Iván Valenzuela (al que también reemplazó en “Lo que queda del día” de Radio Cooperativa). En un comienzo se notaba “tronco”, acartonado, lento y sobrepasado por su partner, pero poco a poco ha ido ganando soltura y se ha transformado en un digno sucesor de Valenzuela. Me parece un periodista preparado, informado y competente, aunque más para apropiado para programas como “La Belleza del Pensar” que para TV Abierta.
Eduardo De La Iglesia es otro que la tenía difícil. Reemplazar a Eduardo Fuentes en el horario matinal del 13 es como reemplazar a Vodanovic en el Festival de Viña. Ante el superlativo desempeño del antes lector del tiempo de MEGA, cualquier sucesor llevaba las de perder en la comparación. Sin embargo, De La Iglesia ha hecho bien la pega. Tipo simpático, liviano, relajado, con alguna dosis de picardía, se ha ganado su lugar en el programa.
Al final, los reemplazos al menos no han hecho mella del programa. Sigue siendo un referente importante para salir informado en la mañana. Quizás, ganó algo de dureza informativa y perdió algo de la deliciosa actitud lúdica de años anteriores, reflejada en secciones como los “cálculos inútiles”. Pero ha logrado mantener el nivel, y ojalá que siga así.