Desde que Mariana (Carolina Arregui) se entregó a la justicia para estar alejada de Julián (Julio Milostich), que Irene (Loreto Valenzuela) intenta con desesperación sacarla de la prisión. Aunque estuvieron a punto de lograrlo, una jugada de Alana (Dayana Amigo) arruinó todo.
En ese contexto, hubo un determinado momento en “Juego de Ilusiones” cuando la madre de la protagonista decidió tomar una radical decisión: vender el diamante Mirloff, que Nadir (Hugo Medina) robó desde el extranjero hace años.
Como es sabido por los ávidos seguidores de la ficción, dicha joya no sólo es buscada por las autoridades internacionales, sino que también por Martín (Carlos Díaz), Valentina (Camila Hirane) y Alana (Dayana Amigo).
La difícil decisión de Irene
Es por eso que, recientemente, Irene decidió confiar en Rodolfo (Mauricio Pesutic) y su estatus para encontrar alguien que quiera comprar el diamante. Lo que no esperaba la astuta mujer, era que el contacto que traería el padre de Joaquín (Nicolás Rojas) era nada más ni nada menos que la nueva conquista de Julián.
Confundida al verla en su hogar, Irene no tendrá más remedio que admitir que era ella la que quería vender el añorado diamante. Por su parte, Valentina también se sorprenderá al descubrir que la joya estuvo todo este tiempo con Irene, por lo que pedirá verlo con sus propios ojos.
Luego de que Irene se encerrara y meditara mucho tiempo si confiar o no en ella, se decidirá salir y mostrarles a Mirloff. “Yo te dije que lo tenía, tú tendrías que haber confiado en mi palabra, los dos”, se defenderá la madre de Mariana por las dudas.
Cuando le consulten por si alguien más sabe del diamante, Irene confesará que lo sabían Guillermo (Julio Milostich) y Mario (Patricio Achurra), pero ya estaban muertos y, aparte de ellos, lo sabían “una presa compañera de Mariana”. Además, acotó que su esposo le contó a Martín Lara si los podía ayudar, pero que finalmente ella negó todo.
“Bueno, estamos contra el tiempo, hay demasiada gente que sabe de la existencia del diamante, hay que venderlo ya. Pásamelo, ese diamante no está seguro acá y yo tengo una bóveda donde podemos guardarlo”, propondrá Valentina.
Pero esta sugerencia será absolutamente descartada por Irene. Ante esto, la estafadora ofrecerá comprarlo ella misma por los 200 millones de pesos que necesita. “(Para) Venderlo a mi ritmo con los cuidados correspondientes y al precio que realmente vale y si confías en mí, incluso te puedo ayudar con ese asunto tan urgente para el que necesitas los millones”, dirá, descolocando a la madre adoptiva de Julián.
Ante su insistencia, la respuesta final de Irene será: “déjame darle una vuelta”, prometiéndole a su vez a Valentina, preocupada por la situación, que “nadie más se va a enterar” de que en sus manos está el codiciado diamante Mirloff.