Una de las situaciones que siempre ha sido tema respecto al Festival de Viña es la hora de término del evento, ya que no sólo es complejo para los asistentes, sino que durante los últimos años se ha apreciado que el artista que cierra, muchas veces se presenta ante una Quinta Vergara casi vacía.
A pesar de que este año se decidió iniciar el Festival de Viña a las 21:15 horas, para que así el primer show inicie a las 21:45 horas, los primeros dos días comenzó a las 22.00 horas -o pasado-. El motivo de esta decisión es para que no termine tan tarde y el público pueda retornar seguro a sus hogares.
En el caso de esta LXI versión del Festival de Viña, la primera noche, Pedro Capó, se presentó ante una Quinta prácticamente vacía y en el caso de la segunda noche, a pesar de que había más público, Francisca Valenzuela también presentó un excelente show ante una platea con muchos espacios blancos.
Durante la tercera jornada, en la que el dúo de hermanos trasandinos, Pimpinela, estaban encargados de cerrar una noche de clásicos románticos y además, se subían a la Quinta luego de treinta y cinco años, la situación fue diferente.
El público desde un inicio desbordó la galería, por lo que producción incluso debió bajar gente a platea. El monstruo se quedó hasta el final de la noche para cantar en conjunto éxitos como «La familia», «A ésa», «En lo bueno y en lo malo», entre otros. Uno de los temas que más emocionó a todos, fue «El amor no se puede olvidar», ya que esta es la primera presentación de los hermanos Galán, luego del fallecimiento de su madre hace aproximadamente un mes.