El comentado entrevero entre Juan Cristóbal Guarello y Francis Cagigao va a marcar para mal a la histórica área deportiva de la radio informativa del grupo PRISA. La renuncia del primero y la del cuestionado Luka Tudor parecen ser los primeros efectos del peor sainete de «Los Tenores».
Todo partió el jueves 23 de junio de 2022, a eso de las 14 horas en la edición de mediodía de “ADN Deportes”. Estaba invitado el español Francis Cagigao, Director Deportivo de la Federación de Fútbol de Chile. Juan Cristóbal Guarello le planteó una pregunta sobre nominación de jugadores a la selección y Cagigao solicitó derecho a réplica por una serie de artículos de Guarello en el diario La Tercera en los cuales lo criticó severamente y le hizo algunas acusaciones fuertes. A partir de allí, lo que se vio y escuchó fue un delicioso manjar para los adictos al morbo. Cagigao respondiendo y pidiendo explicaciones a Guarello por cada uno de sus aseveraciones, Guarello alegando que no le habían avisado de las intenciones de Cagigao y defendiéndose como mejor podía, llegando en ocasiones a la agresividad y la histeria, y el resto de panel mirando esta pelea verbal con pasividad, y haciendo tibios intentos de moderar las pasiones. El escándalo posterior en redes sociales hacía pensar que el asunto no iba a quedar ahí.
Los artículos de Guarello donde criticó a Cagigao aparecieron en La Tercera. En consecuencia, el correspondiente derecho a réplica de Cagigao tenía que hacerse a través de ese diario y no de ADN Radio, que se metió torpemente en un tremendo tete por mensajes que fueron emitidos en otro medio. Ahora, una vez concedido –equivocadamente a mi juicio- ese derecho a réplica, lo decente era avisarle a Guarello de lo que venía y darle la opción y el tiempo para prepararse, cosa que claramente no ocurrió. Si no es una vil encerrona de sus compañeros, pega en el palo como una negligencia grave.
Un caso aparte es el de Luka Tudor, cuya actitud obsecuente con Cagigao durante la entrevista, inadecuada para un comentarista deportivo, llamó la atención. El ex jugador de la UC había tenido encontrones con Guarello en programas anteriores, llegando incluso a amenazarlo con querellas cuando el periodista insinuó que Tudor tenía intereses relacionados con representantes de futbolistas. Durante la jornada del domingo 26 de junio trascendió en redes sociales un audio filtrado en el que se daba a entender que Tudor tenía contactos previos con Cagigao o su entorno, estaba al tanto de lo que iba a suceder, y donde se refirió en términos poco cariñosos a su ahora ex compañero de trabajo: “Lo han atacado mucho, pero injustamente y, principalmente, Guarello poh. Guarelito. Lo ha tratado de fresco. El hue… (Francis Cagigao) va al programa y va con pruebas, lo va a destrozar al culi…, porque inventan hueás… Oh, qué desastre. Besitos”. Con esto, «Judas» Tudor, a partir de ahora el «Tenor Puñalero», quedó en redes sociales como la encarnación máxima de la traición, y su presencia en ADN Radio se hizo insostenible, lo que naturalmente terminó en su renuncia al día siguiente. Con esto, quedó con una imagen de desleal y mal compañero que lo perseguirá hasta el fin de sus días.
Más allá de la actitud de Tudor, hay mucho que cuestionarle al resto de sus compañeros de panel, en particular al Director de la Radio ADN Carlos Costas y al Editor de Deportes Rodrigo Hernández. Una de dos: hicieron esto a sabiendas con la intención de sacrificar a Guarello, o cometieron una grave negligencia al no avisarle como corresponde. Me pregunto si esto no debiera traerles costos a ellos.
Guarello, quien claramente se vio en una pelea que no esperaba, para la que no se preparó y en la que estaba en clara desventaja, se mostró agresivo e histérico ante un tipo como Cagigao que sabe cómo sacar de sus casillas a su contendor sin perder la compostura. Su renuncia a la radio del lunes 27 de junio estaba anunciada con letras de liquidación. Le hicieron una encerrona horrible y, aparte de Tudor, sus colegas -por acción u omisión- se hicieron parte de ella. Después de esto, tiene todo el derecho del mundo a desconfiar de sus ahora ex compañeros de labores. Claramente se rompieron las confianzas de un modo irremediable, y se le hizo imposible continuar.
Guarello la ha tenido difícil este año. Primero la fallida denuncia contra el ex jefe de árbitros Javier Castrilli, por lo cual se tuvo que disculpar, y ahora esto. Estos episodios pusieron a prueba su rigor periodístico y su manejo emocional en situaciones de presión y estrés. Se le puede reprochar su hiperventilación y falta de control de carácter en su duelo con Cagigao, pero por otra parte es la misma reacción que muchos tendríamos si nos viéramos enfrentados a una sorpresiva puñalada por la espalda con la complicidad de gente en la cual confiamos.
El gran perdedor de todo esto es ADN Deportes, quizás el mayor golpe que sufre el histórico programa deportivo radial desde su fundación a inicios del 2008. Perdieron a una de sus voces más antiguas, potentes y relevantes (Guarello era llamado el “Tenor Fundador”) y se produjo un innegable quiebre en las confianzas y en el clima de trabajo, lo que sin duda afectará la credibilidad y sintonía de sus programas. Los efectos de este incidente recién se están empezando a avizorar.