Hace unas semanas, un fallo del Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago condenó a Daniella Campos por el delito de injurias en su contra de su exmarido, Esteban Caldentey. La sentencia se basó en una querella que él presentó en tribunales, en la que también acusaba a la exmodelo de calumnias, imputación que la corte desestimó.
Fue un episodio más de una verdadera guerra judicial que la ex panelista de “Sígueme” ha sostenido durante años con Caldentey por la custodia de la hija de ambos, en la que denuncia deudas por pensión de alimentos y presunta violencia intrafamiliar.
Campos aprovechó su presencia en el último episodio de “Podemos Hablar” para arremeter nuevamente en contra de quien fuera su esposo, reiterando las acusaciones y añadiendo una más: aseguró que este último instaló cámaras ocultas en su hogar para vigilarla.
Tres meses de grabaciones
Según su relato, tras someterse a una cirugía debió pasar todo el postoperatorio hospitalizada, período en el que Caldentey se encargó del cuidado de su hija y en el que, además, habría aprovechado para colocar cámaras sobre su cama, el baño y el closet de su dormitorio, ubicadas dentro de los sensores de movimiento de la alarma de seguridad.
“Este señor, a nosotros nos puso cámaras ocultas en la casa y nos grabó durante los tres meses de mi convalecencia, luego de la última cirugía grande que tuve”, aseguró, puntualizando que por ese entonces ya estaban separados y no compartían la misma vivienda.
“Me estaba vigilando todo el día. Es más: todas mis sesiones con la psicóloga, el psiquiatra, fueron todas grabadas”, señaló, indicando Caldentey buscaba usar las imágenes en su contra durante las audiencias del juicio por la tuición de su hija.
“Fui grabada en mi intimidad y fui expuesta en tribunales delante de 16 personas en la situación más íntima que puede tener un ser humano (…). Tuve que estar presente escuchando tres minutos una situación íntima personal y delante de 16 personas, y sin ropa, en el baño”, contó sollozando.
Una mosca
Daniella Campos dijo que descubrió las cámaras gracias a que en la zona donde reside hay una época del año en la que aparecen unas moscas muy grandes y que, en una ocasión y tratando de cazar lo que creía era un insecto, se dio cuenta de la presencia de los dispositivos.
“Dije, ‘¡ah, qué atroz! ¡qué asco! ¡una mosca! ¿qué está parada ahí?’ Como yo soy ciega, pongo el celular y lo prendo, veo que al medio del sensor había un punto rojo. Y es ahí cuando yo recién me entero de las cámaras”, comentó
Cuando hizo el impresionante hallazgo, para ese entonces, ya habían pasado dos meses y medio desde que Caldentey había instalado las cámaras para registrar su intimidad.