Este domingo después de “Tele13 Central” se transmitió un nuevo episodio “De tú a tú”, en que su conductor Martín Cárcamo se reunió con el animador de televisión Daniel Fuenzalida, para tener una sincera conversación, donde el líder de “Me Late” relató los duros momentos que vivió por sus adicciones.
Tras mostrar su casa en Curacaví, Fuenzalida comenzó declarando que desde el 2008, cuando empezó su rehabilitación, no consume nada de alcohol y, agregó, que con la hija de su polola, ha vivido una nueva paternidad, momentos que se perdió de vivir con su hija, debido a las adicciones.
En su juventud, luego de salir del colegio, el comunicador entró a estudiar Administración de empresas, donde solo dura medio semestre. En estos tiempos se encuentra con la carrera de comunicación audiovisual y descubre su real vocación, entrando a estudiar Dirección y producción de televisión al instituto del conocido director y comediante, Eduardo Ravani.
Sentados en la terraza de su casa, el ex huevo desclasificó cómo comenzó a consumir cocaína, se encontraba muy nervioso por un examen que tenía que dar su grupo al propio Ravani y donde él era el director de su equipo, con esta preocupación, en el baño del instituto un compañero le ofrece droga, para ayudarlo a pasar los nervios. Daniel señaló, “vi una cuestión indefensa, no me dio miedo, como nunca la había visto, no tenía idea, nunca me había fumado ni un pito”.
Esta situación lo llevó a enfrentarse al propio Ravani durante el examen con una nueva personalidad, pues frente a las exigencias del director, lo encaró basándose en una frase que le había escuchado en una clase, “me acuerdo que en una de sus clases dijo que el que se sentaba ahí era Dios y yo me sentí, producto de mi paso por estos hales de cocaína y más el recuerdo de lo que él había dicho, yo aquí soy Dios”. Acto seguido le dice: “Eduardo te puedes retirar del ‘switch’, yo aquí soy Dios, no me importa que seas el profesor, pero yo para dirigir acá, no puedo estar con eso (exigencias)”.
Al contrario de lo que pensaban él y todos sus compañeros, Eduardo Ravani, detiene el examen y lo alaba por su reacción, colocando a todo el grupo, un siete. Daniel recuerda esta situación: “Yo entendí que esto era como mágico, me había sacado una personalidad que yo no tenía en el colegio, que no tenía en la vida, o sea, me había enfrentado a un profesor que era de características rudas, con mucha personalidad… me sentí Dios y ahí empecé a validar eso”. Agregando, “con este compañero que me ofreció nos empezamos a juntar y ahí entro en un consumo recreacional ni siquiera carrete, algo muy mínimo”.
Sin embargo, cuando ya entra a trabajar y tiene mayores posibilidades económicas, comienza a comprar, “los procesos son tres etapas, consumo recreacional, abuso y dependencia”, señaló Fuenzalida.
Frente a este escenario, el animador contó que haciendo la práctica en “Extra jóvenes” invitan a un asado como despedida a Claudia Conserva que se iba a Canal 13, este evento le provocó a Daniel miedo e inseguridad frente a lo social. Cosa que lo lleva a consumir en el lugar del asado, destacando en el grupo por su gran personalidad, con esto se siente validado frente a sus amigos de trabajo, consumiendo nuevamente en el lugar.
Daniel Fuenzalida, señaló que después de esta reunión social nació su sobrenombre, “vuelvo, ya pasó el carrete, debe haber sido un viernes, y el lunes llego a la oficina a seguir haciendo mi práctica y ahí me pusieron huevo, porque me cacharon que si no estaba duro, estaba cocido, me sacaron la foto”, reveló Fuenzalida.
En tanto, agregó que ya estando en pantalla, pues hacía una sección en el “Extra jóvenes” de los pubs, fiestas y discotecas, por esta razón comienza a conocer a los dueños de estos lugares, al mismo tiempo se convierte en el animador del programa juvenil y todo esto le afecta, comenta que “se me fueron los humos a la cabeza, me empiezo a creer la raja, tenía 24 años, animador de un programa juvenil exitoso, empiezo a ganar más plata, empiezo a consumir más droga, empiezo a tener más contacto con el alcohol y empiezo a justificar el alcohol como parte de mi vida”.
Luego, agregó que pasó a conducir el programa “Lunáticos” en el mismo canal, y aquí comenzó a acrecentar el consumo de droga, porque este espacio solo se grababa un día a la semana, quedando con más tiempo, ganando más dinero, siendo mucho más conocido y con horas de ocio, esto, comentó Daniel, fue una mala combinación, consumo y fama; agregó que, “yo no me había dado cuenta en el huevón pesado que me había transformado”.
En relación al mismo tema, el conductor de televisión confesó que todo se complicó aún más cuando es despedido de Chilevisión, vuelve de sus vacaciones en marzo 2002, su hija había nacido en enero del mismo año, el canal tiene nuevos ejecutivos y le avisan que se acaba “Lunáticos” y terminando su contrato con la emisora; “se me viene el mundo encima en todos los términos, económicos, de autoestima, solamente me dedicaba a estar con algunos amigos, a carretear y a no estar en la casa”, confesó.
Fuenzalida reveló que durante esta etapa de su vida, estaba en una profunda crisis personal, su matrimonio funcionaba a medias, producto del consumo, su esposa estaba embarazada y él, muchas veces llegaba tarde e, incluso, no llegaba hasta el día siguiente, provocando peleas y profundos problemas en su matrimonio.
Además, contó que ganaba mucho dinero por su trabajo en el canal, en la radio y en los eventos, y regalando innumerables veces, junto con invitar a amigos a fiestas, “compraba amistad, como yo era muy solo desde el colegio, yo compraba amigos… en una noche podía gastar un millón, un millón y medio, dos millones”, reveló Fuenzalida.
El animador desclasificó que luego de su despido de Chilevisión, comenzó la etapa más dura, entre el 2002 y el 2005 contando que “fue el consumo mayor… te vas juntando con otra gente, vas pidiendo fiado a los ‘dealer’… empiezas a vender todas las cosas para poder pagar lo que debes, deudas en el arriendo, con los gastos comunes”. Problemas que derivaron en una profunda crisis personal, que resultó en el quiebre definitivo de su matrimonio.
Durante este tiempo, Daniel Fuenzalida, confesó algunos oscuros episodios de su vida relacionados con el consumo de droga, revelando, con lágrimas en los ojos, el gran daño que se hizo así mismo y a su familia.
Ya viviendo con sus padres, después de su separación, realizó su primera desintoxicación, logrando estar tres meses sin consumir. Luego, nuevamente comenzó un consumo esporádico, hasta que se da cuenta que la adicción es una enfermedad, por lo que decide internarse y comenzar un tratamiento serio. Sin embargo, no deja el consumo y compra droga para llevar al centro de rehabilitación, donde luego de una crisis de abstinencia se va de la clínica.
En tanto, después de un fin de semana en la calle, durmiendo en el cerro San Cristóbal vuelve al centro para iniciar la rehabilitación; durante el primer mes internado para desintoxicarse comentó que lo pasó muy mal y donde las dos primeras semanas durmió todo el día; para luego iniciar un tratamiento ambulatorio donde tuvo una pequeña recaída, para luego retomarlo y completar el tratamiento de un año y ocho meses.
Ya finalizada la rehabilitación y estando sin trabajo en la televisión, inicia un reality vía twitter, que se convirtió en un programa de entrevistas en auto, llamado “Twitcar” en vivo y que sube a YouTube. Luego, es contratado para trabajar de panelista en el programa “En portada”, donde se podría decir que renace el animador de las calles a la televisión, quedando finalmente como animador del programa de farándula; más adelante, le presentó a UCV Televisión el espacio “Me Late”, programa que conduce hasta hoy, ahora en el canal TVMás.