La actriz fue una de las invitadas al podcast “Impacto en el Rostro” de Spotify y Youtube, a hacer un recorrido por algunos de sus personajes en televisión. A continuación, parte de la entrevista a la intérprete.
Hiciste tu primera teleserie en el año 81, “Casagrande” de Canal 13. ¿Cómo era la televisión en ese momento?
La mayoría de la gente que trabajaba en televisión antiguamente era gente de teatro. No existía esa cosa que hay hoy en día de elenco “a”, “b” o “c”. No existían una serie de cosas que se pusieron de moda después. Era igual que estar en el teatro, la misma relación con la gente. Hoy en día no es tan así. La gente te mira y te dice, “ah, vienes a hacer un bolito, una cosa chica”. En cambio, en “Casagrande” era, “ah, fantástico, qué bueno que entraste”. Hoy en día a los actores se les pela un poco el cable con la tele.
Tuviste una participación activa en las teleseries de los 80’s. Luego, te fuiste a Miami junto a Osvaldo Silva, tu marido. Volviste a la televisión gracias a “Borrón y Cuenta Nueva”, en donde interpretaste a Madame Juliette, la ex esposa de Edgardo Bruna. ¿Cómo recuerdas este retorno a las teleseries?
Era una cosa chica, que lo iba a hacer la Cuca Navarro, pero ella se enfermó. Entonces lo hice yo, y me acuerdo que cuando llegué al estudio de grabación, una actriz, a la cual le tenía mucho cariño, me preguntó: “Y tú, ¿qué estás haciendo aquí?”. “Vengo a vender helados”, le respondí. (Ríe) “Vengo a trabajar, me llamaron para hacer este personaje pequeño”. Y ahí noté que todo el mundo cuidaba su metro cuadrado. Y eso me chocó. Me desilusionó de algunas personas. Pero bueno, era así nomás.
Sigrid Alegría también ha mencionado que sintió cierta envidia de otras actrices cuando llegó a protagonizar “Borrón y Cuenta Nueva”…
Claro, yo creo que la gente de mi generación sintió que venía “otra más a la competencia”. “No me vayan a quitar este espacio que me he ganado por 20 años”. Y la verdad eso no era así, yo no le iba a quitar el puesto a nadie. Era una pega más y la fui a hacer lo mejor que pude.
Al año siguiente fuiste Olaya Domínguez en “Fuera de Control”, la hermana del personaje que interpretó Rebeca Ghigliotto…
Lo pasamos chancho, fue entretenido hacerlo. Con la Rebeca lo pasábamos fantástico, en esa época nos hicimos súper amigas. Y eso que las hermanas en la teleserie se llevaban pésimo. Se quitaban el novio, todo. Pero nosotras lo pasábamos muy bien entre las dos. Fue una teleserie entretenida, que hoy es considerada de culto. La historia era entretenida, mis compañeros estaban muy bien. Mi personaje era muy entretenido. ¿Cuál de las dos hermanas era más loca? Si bien mi personaje parecía mucho más centrado que el de la Rebeca, ya que Olaya era la hermana que llevaba la casa, cuando se destapó terminó siendo más loca que la otra.
En el 2006 fuiste Angélica en “Descarado”, una de las protagonistas que se debatía entre los hermanos Montoya, interpretados por Héctor Noguera y Leonardo Perucci…
Lo pasábamos espectacular, porque además íbamos a grabar a Papudo. Fue un personaje muy bonito. Pero siento que la teleserie de pronto se transformó en una cosa que ni yo la entendía. En realidad, la idea era mejor a cómo se desarrolló. No lo que pasaba con mi personaje, que tenía una historia más o menos lógica y coherente, pero había otros personajes que se transformaron en cosas muy raras, entonces fue haciendo que la teleserie fuera perdiendo credibilidad. Y a la larga esto le pasó la cuenta a los protagonistas, en este caso a mí. Porque como a la teleserie no le fue tan bien, los demás siguieron todos trabajando súper bien. Pero a mí no me siguieron llamando. Y eso que a la gente amaba a mi personaje, porque era la que más sufría. Yo pensaba, después de “Descarado” me van a tener que hacer la cirugía plástica, porque de tanto llorar voy a quedar como pasa. No podía hacer las escenas sin llorar porque era terrible, había muy pocas escenas en donde Angélica estuviese feliz y contenta. Pero fue una bonita experiencia.
¿Te sorprendiste cuando te llamaron para hacer un protagónico?
Sí, absolutamente. Pero nunca tuve trato de protagonista. Ni trato, ni sueldo. Incluso, cuando me llamó Verónica Saquel, no me dijo que era la protagonista, sólo me contó de qué se trataba un poco el personaje. También, supe que le había pedido la opinión a Tito Noguera, y él estaba feliz que yo estuviese ahí. Pero no me dijo que era la protagonista, porque en el fondo eran “los rostros” del canal los que iba a hacer la publicidad. A mí no me importó, pero no te puedo negar que cuando vi el Festival de Viña en ese tiempo y llevaron a los protagonistas, a parar el dedo en el fondo, a saludar a todos, yo pensé, “¿por qué yo no estoy ahí si yo soy la protagonista de la teleserie?”. Y ahí dije, “esto no es para mí. No me voy a meter en este rollo porque al final a uno le hace mal. Mejor sigo haciendo mi trabajo, tranquilo, feliz, y chao”.
¿Por qué crees que no te llevaron?
Porque yo no era rostro del canal. Yo dije, bueno ya, la tele es así, siempre tengo el apoyo de mi familia, en eso pensé. En realidad, es una huevada, así que chao (Ríe). Pero no deja de, en el momento, de producirte una cosita como extraña. A lo mejor si a uno esto lo pilla a los treinta años te puede afectar más. En esa época yo tenía 50, tu comprenderás que ya daba lo mismo. No vas a hacer más ni menos por eso. Sí puede influir en cosas futuras, en como el canal vende tu imagen. Y ahí el canal no vendió ninguna imagen mía, yo iba a hacer mi pega y creo que sólo me hicieron una entrevista de algo y nada más.
Esta teleserie fue superada por “Cómplices” de TVN. ¿Pensaron que a “Descarado” no le iba a ir bien en sintonía?
Pensamos que nos iba a ir muy bien, pero el día que salimos al aire, que la vimos en el club de yates de Papudo, la competencia estuvo estrecha. En el elenco, en el primer tiempo, no noté que hubo algún bajón anímico. Noté después una cosa como de “hay que hacer esta huevá, como salga”. Entonces ahí fue donde los personajes se desarmaron. Y la teleserie se fue a pique, porque tal vez la historia escrita comenzó a tener cosas que eran un poco incoherentes. Y las interpretaciones también empezaron a hacerse así. Fue una cosa extraña.
Tu última teleserie fue la diurna “Te doy la vida” de Mega, en donde interpretaste a Valeria Bianchi.
Tenía tres hijas, estaba casada con mi marido de verdad, pero me trataba pésimo. El otro día estuvimos viendo un pedazo de la teleserie y yo le dije “puta que eras pesado”. ¡Qué mujer tan estúpida de estar con un tipo que la trata tan mal, qué atroz, qué terrible! Ahora, las cosas son divertidas. Yo con esta teleserie fui nominada como Mejor Actriz de Reparto. Y nunca más he hecho televisión. Estas cosas pasan en Chile, no pasan en otras partes del mundo. O sea, en otros países ya ser nominado para algo te implica pega. Yo estaba contenta porque significó que mis pares valoraran mi trabajo. Pero nunca más me llamaron, eso fue lo último que hice.
Como tú lo mencionaste, en esta teleserie estabas casada con tu marido de la vida real, el actor Osvaldo Silva. ¿Cómo es trabajar junto a él?
Estamos acostumbrados, siempre trabajamos en teatro juntos. Y en televisión es súper bueno porque repasamos las escenas en la casa, y no solamente en los estudios de grabación. Uno siempre pasa las escenas con los compañeros mientras te estas maquillando. Pero en este caso, con Osvaldo, pudimos pasar textos en la casa. No hay problema con eso. No sé si para otras personas trabajar con el marido será problema. Yo lo veo todo el día normalmente y no nos aburrimos. Todavía nos entretenemos, lo pasamos bien. Vamos para los cuarenta años juntos, imagínate.
¿Qué fue lo que más te gustó de este rol?
Lo que más me gustó del personaje es cuando se da cuenta que la ha estado puro cagando, ella tiene que sacarse todas las cosas de la cabeza, todos los esquemas y lo empieza a pasar bien. Eso es lo que yo le diría a las mujeres, que se saquen todos los esquemas de la cabeza, déjense de sufrir por quien no vale la pena y vivan la vida. Eso me gustó del personaje. Si se hubiera quedado lamentando, hubiese sido una lata, pero el personaje tuvo un cambio y eso me sirvió para hacer un poco de comedia. Porque al principio Valeria sufría mucho, hasta cuando tiene la catarsis del sufrimiento y cambia. Se le abre la vida.
¿Cuál es el personaje que te gustaría interpretar en televisión?
Por un tema físico, nunca me han dado personajes populares en televisión. Porque soy rubiecita y tengo ojos azules. Pero yo siempre he dicho, uno se puede poner pelucas. Me encantaría hacer un personaje popular en televisión. Siempre me dan las viejas cuicas y yo de cuica no tengo nada, la pura cara (Ríe). Me gustaría que me tocara un personaje así, aunque lo veo difícil porque las cosas son muy estereotipadas.