Hace ocho años, Carolina Oliva instaló, junto a su pareja Paul Barreaux, un hotel boutique en Viña del Mar. Luego de combinar durante seis años ese emprendimiento con su trabajo en teatro, la sorprendió la pandemia, y se fueron derechamente a vivir al hotel. “Nos encargamos de hacer trabajos románticos de recuperación de madera centenaria. Mejoramos el hotel con nuestras propias manos, utilizamos muy bien el tiempo”, cuenta.
Lo que no volvió a hacer profesionalmente fue su primera gran pasión y aquello por lo que fue conocida: la danza, donde destacó desde los 8 años en la última temporada del Clan Infantil de “Sábado Gigantes”, en 1989. “Quedé preseleccionada entre mil niños. Se me abrió un mundo de oportunidades, porque gracias a eso me becaron entre varias otras niñas en la academia de danza de Vinka Vodanovic, y tener herramientas como esas a los 8 o 9 años fue muy oportuno porque a esa edad eres como una esponjita. De ahí salté al ballet infantil de Juan Antonio Labra y fuimos al Festival de Viña”, cuenta.
Quizás como más se le recuerda hasta el día de hoy es en el programa “Venga Conmigo”, donde además conoció a Paul. “Yo partí en la Generación 94, que después fue Generación 95, 96 y de repente pasó a ser Generación 2000. Estuve como 8 años hasta el 2001. Ahí empecé a estudiar Danza y Teatro. Terminado el programa empecé a actuar y no lo dejé más”, recuerda la futura actriz de películas como “Sexo con amor” y series como “Infieles”.
Y aunque nunca se desligó totalmente de la danza, la última vez que vimos sus dotes al respecto fue en la tercera temporada de “Fiebre de Baile”, en 2010, donde obtuvo el cuarto lugar. “Las competencias de baile no tienen nada que ver con el ritmo ni el conocimiento que había ni en el Clan Infantil ni en la Generación 2000. Nosotros éramos sólo un grupo de jóvenes que bailaban taquilla como en una discoteque. A lo que me enfrenté en ese programa era todo nuevo, porque a esas alturas mi profesión era la actuación. Ese nivel tan exigente me permitió bailar profesionalmente, hacer lifts, lesionarme y tener la exigencia del alto rendimiento”, señala.
Quizás por esa experiencia previa es que ahora, 12 años después, aceptó el ofrecimiento de integrarse a la segunda temporada de “Aquí se baila”. “Me sorprendió el ofrecimiento, pero yo igual tenía la sensación de que me iban a llamar, no sé por qué”, comenta.
“Creo que es un regalo del universo, y una tremenda oportunidad de crear y hacer cosas muy entretenidas para la gente. Para mí es alucinante estar haciendo esto de la noche a la mañana al 100%. Además que yo soy fan de este programa, lo veo porque la Blanquita Nieves es mi amiga”, cuenta Carolina.
En el estelar de Canal 13 su compañero de baile será Felipe Basáez, actual finalista de la primera temporada como acompañante de Jazz Torres. “El ‘negro’ Basáez es uno de los mejores bailarines del programa, es un súper buen compañero, un muy buen partner”, señala Carolina, agregando que los ensayos han estado intensos. “El cuerpo está bastante estresado, pero está contento”, ríe.
Para rendir en el programa, Carolina no sólo tiene un equipo multidisciplinario ayudándola, incluyendo nutricionista y entrenador, sino que además ha estado haciendo algo que no hacía hace muchos años, que es retomar clases de baile. “Estoy tomando clases diarias de una hora de ballroom y de varios otros ritmos puntuales donde yo creo que no tengo tanta técnica, en la medida que me da el cuero entre los ensayos del programa. Encuentro muy difícil el ballroom, además que en el jurado está Neilas, campeón mundial, así que debo ponerme al día”, dice.
Los ritmos que sí le gustan y acomodan, dice, son los que le permiten interpretar más y lucir sus dotes actorales. “El tango es algo que me alucina como espectáculo. Lo hice una sola vez en ‘Fiebre de baile’ y me encantaría volver a hacerlo, es un baile que tiene mucha interpretación, mucho de la actuación, cuenta una historia con sentimiento. Lo mismo me pasa con el flamenco, me gusta mucho eso de mezclar la danza con el teatro, usar todas las herramientas”, cuenta.
En cuanto a sus expectativas con el programa, Carolina dice estar confiada. “Creo que con Felipe tenemos hartas posibilidades de ganar, pero hay que trabajar por ello, y lo estamos haciendo con mucha pasión. Tengo bastante fe, hay un trabajo de profesionales increíbles detrás, y el único foco es entregar un lindo espectáculo a la gente”, cierra.