Tras las denuncias de acoso sexual y abuso de poder realizadas en contra de Herval Abreu, la modelo decidió dar a conocer una situación que vivió cuando actuaba en las historias de amor del matinal de Canal 13.
En entrevista con “The Lao”, programa de la señal VIVE, Aynara Eder reveló que fue acosada por Carlo Pontiggia, ex director de la sección “Directo al Corazón”, la cual era emitida en “Bienvenidos”. Según su confesión, la cual fue recogida por Gramorama, él la habría llevado a un motel sin su consentimiento cuando tenía 26 años.
“Yo, viendo todo esto que pasó con Herval, yo lo conocí a Herval. No tuve nunca ningún problema con él. Él siempre fue bien caballero. Lo conocí en las grabaciones de ‘Soltera Otra Vez’, en la uno y la dos. Pero lo que a mí me pasó fue con otro personaje de Canal 13. Él es el director de ‘Directo al Corazón’”, comentó la ex participante de «Amor a Prueba».
«Viendo esto la semana pasada, el fin de semana, lo que pasó con Herval, se me prendió la ampolleta y yo dije ‘¿por qué nunca yo hice la denuncia de lo que me pasó a mí?’. Claro, cuando uno ve desde afuera el tema y dice ‘¿por qué no habló?’, ‘qué es tonta’, ‘¿por qué no dijo nada?’, y claro, porque hay un poquito de miedo”, prosiguió.
«Una de las veces que yo fui, un mes equis a buscar mi pago, mi cheque, este tipo me dice ‘Aynara, conversemos, porque tengo que hablar contigo un proyecto’”, comenzó relatando. Es en ese momento cuando el conductor del espacio, Juan Pablo Ibáñez, le pide que dé el nombre del sujeto en cuestión.
«Carlo Pontiggia. Él es el director de las historias de ‘Directo al Corazón’ de Canal 13. Y bueno, voy a buscar el cheque. ‘Tenemos que conversar, porque tengo un proyecto y necesito que estés conmigo para este proyecto’. ‘Ah, bueno’, le dije yo. ‘¿Puedes almorzar?’. ‘Sí’», continúa.
Tras aceptar, ambos se suben al auto de Pontiggia. Ahí, Eder le consulta si almorzarán cerca de la estación ubicada en Inés Matte Urrejola, a lo que él asegura que sí. Sin embargo, la actriz cuenta que «se empezó a alejar mucho».
«¿Para dónde vamos?», le pregunta, y «se metió por Marín y entra al motel más conocido», señala. «Sin vergüenza, se estaciona. ‘Le digo ‘¿qué hacemos acá?’. Me dice ‘no poh, vamos a conversar…’. Y a mí justo me llama mi mamá por teléfono. Aprovecho la instancia y contesto. Él se baja como a anotarse, con la puerta abierta del auto, fue a registrarse», sigue narrando.
En ese momento aprovechó de salir del auto y buscar un taxi e irse del lugar. «Él, desesperado, después me escribía ‘discúlpame, perdóname, por favor, no digas nada’”, desveló.