Desde los años 90 Angelina Jolie ha sido una de las estrellas cinematrográficas más cotizadas y deseadas del mundo.
El interés del público por ella fue ganando en intensidad a medida que su éxito crecía gracias a películas como “Lara Croft: Tomb Raider” (2001) o “Sr. y Sra. Smith” (2005).
También, por una vida privada que en algún minuto la vinculó con su coprotagonista en esta última cinta, Brad Pitt, con quien llegó a conformar la pareja más famosa y glamorosa del espectáculo: durante 12 años fueron Brangelina.
No obstante, el ambiente de Hollywood acabó pasándole la cuenta y hoy la actriz, a sus 48 años, lo único que quiere es huir de la llamada “Meca del cine”.
Pensando en Camboya
En una entrevista con el diario The Wall Street Journal, Jolie afirmó que si en su juventud hubiese sabido como sería su vida debido al estrellato, probablemente hubiera tomado otras decisiones: “Hoy no sería actriz”, señaló.
El problema es la exposición que ha tenido que soportar, una situación que aumentó considerablemente cuando trascendió que su relación con Brad Pitt estaba en crisis. Contó que a partir de entonces el asedio de la prensa y el público empeoró, lo que le produjo consecuencias psicológicas y físicas.
“Mi cuerpo reacciona muy fuertemente al estrés (…). Mi nivel de azúcar sube y baja. De repente tuve parálisis de Bell seis meses antes de mi divorcio (2016)”, relató.
Además, indicó que en Los Ángeles vive constantemente encerrada para evitar estar siendo constantemente reconocida en las calles. De hecho, agregó que quiere abandonar la ciudad californiana para refugiarse en la tranquilidad que le brinda una casa que posee en Camboya.
“Perdí la capacidad de vivir y viajar con tanta libertad. Me mudaré en cuanto pueda (…). De todos los lugares del mundo, Hollywood no es un lugar sano”, aseguró la protagonista de “Maléfica”.