Según la doctora que estuvo tras la transformación física de la cantante Adele, para una baja de peso exitosa, no sólo basta la dieta y el ejercicio. También es importante el estado anímico y la salud mental.
Esta última, fue la motivación inicial que llevó a la actriz Rebel Wilson a comenzar a preocuparse por su peso -los 100 kilos con los que batalló por años- y tomar conciencia que lo suyo era un problema de salud. “Esto no va del número de kilos, sino de estar sana”, comentó la intérprete en una entrevista, iniciando así el desafío de darle un giro radical a su vida y lucha contra los kilos extras.
Rebel contó en el programa “The Drew Barrymore Show”, que su misma rutina de trabajo complotaba con su fisonomía. “Viajaba por todo el mundo, viajaba por todas partes y comía una tonelada de azúcar. Creo que lo que sufrí principalmente fue comer debido a mis emociones y para lidiar con el estrés de convertirme en famosa de talla internacional. Hay muchas cosas estresantes que vienen con eso, y supongo que mi forma de lidiar con aquello fue comiendo donuts”, explicó.
Pero hoy, tras sus esfuerzos entre entrenamientos, ejercicios, deporte, dieta y la actitud consciente de sus hábitos alimenticios, la australiana muestra al mundo sus resultados, al publicar en su Instagram, una fotografía en la que luce sus 30 kilos menos enfundada en un traje de baño negro.
Claro que en esta etapa, que la misma artista de 41 años ha reconocido como una de las más felices de su vida, el amor también colaboró como otra motivación para el cumplimiento de sus objetivos: Jacob Busch, un joven millonario, perteneciente a una reconocida y acaudala familia estadounidense. “He conocido a un príncipe de verdad, a un príncipe azul. Una noche para recordar en Mónaco”, posteó en sus redes sociales la actriz, al asistir a la Gala de Salud Planetaria del Príncipe Alberto de Mónaco, donde presentó oficialmente a su novio.