Participó en el Taller de Dramaturgia que dictó Néstor y Daniella Castagno el año 2003, el mismo que tomaron Claudia Villarroel (Brujas, Lola), Jaime Morales (Tentación, Hijos del Monte) y Sergio Díaz (Brujas, Lola), y, al igual que sus compañeros, Adela Boltansky terminó trabajando en televisión. Luego de haber participado en las sitcoms de Mega, llegó a Canal 13 al alargue de “Lola” y hoy pertenece al equipo de guionistas que escriben “Cuenta Conmigo“, al mando de José Ignacio Valenzuela, el “Chascas“.
¿Qué recuerdos tienes del Taller de Guiones de Canal 13?
Fue mi primera aproximación formal al mundo del guión. Antes había estudiado y trabajado con otros tipos de escritura: periodismo, redacción creativa y narrativa de ficción; al guión llegué después de darme una vuelta larga y lo primero que se me ocurrió fue lanzarme directamente a escribir. Mi primer auto-encargo fue un capítulo apócrifo de Friends que envié a un concurso en California. Obviamente no pasó nada en el concurso, pero el ejercicio me sirvió para darme cuenta que me faltaban muchas herramientas para moverme en las aguas del guión y fue en busca de esas herramientas que entré al taller. Algo de eso encontré, pero lo más importante fue confirmar mi vocación por este oficio y encontrar a mi primer grupo de pares y de referencia. Con algunas de esas personas he trabajado después y esos amigos son la mejor herencia del taller.
¿Cómo llegaste a trabajar en televisión?
Más que en televisión, mi sensación es que trabajo para la televisión. El guión ocupa un lugar extraño en la producción, el camino que recorre un texto es simplemente vertiginoso: se escribe, edita, revisa, corrige, aprueba, produce, memoriza, actúa, dirige, graba, nuevamente se edita y luego se emite. Hace unos días vi en pantalla a José Secall diciendo algo tan simple como “Ahora sí puedo contestar a tu pregunta”, una frase que escribí hace varias semanas en un café. El guión atraviesa todo el proceso de producción y por lo mismo es un actor privilegiado; mi propia experiencia ha sido mucho más indirecta, trabajo detrás de los que están detrás de las cámaras… Perdón, me fui por lar ramas. Mi primera pega para televisión fue en Casado con Hijos y a ella llegué por la vía directa: escribí a la productora, dije que era guionista y que me probaran. Para mi sorpresa y fortuna tuvieron la generosidad de darme una oportunidad (esto es como un saludo a la mamá, pero imposible no agradecer a Juan Harting, Luz Croxatto y Luis Ponce)… y ésa es la historia.
¿Cómo fue tu paso por Casado con Hijos, Tres Son Multitud y Lola?
Casado con Hijos fue alucinante. Todavía tengo el mail que me mandó mi editor para contarme que habían aprobado mi primer guión; igual el momento en que vi mi primer capítulo al aire, el recuerdo está fresquísimo. Recuerdo con especial cariño las reuniones con el equipo de guionistas y también mis primeras lágrimas laborales vertidas (soy muy llorona, no cuesta mucho) al ver en pantalla un capítulo cuyo guión fue maltratado. Es lo que te decía antes sobre el rol del guión y del guionista en la cadena de producción, pero eso es harina de otro costal y creo que tiene más que ver con el ritmo aplastante que demanda la elaboración de un producto de ficción franjeado. En términos generales la comedia es mi primer amor televisivo y, por lo tanto, trabajar en Casado fue un privilegio. Tres son Multitud fue una continuación de eso, pero para esa serie escribí muy poquitos capítulos y Lola, una tremenda escuela de cómo fundir comedia y teleserie (nuevo saludo a la abuelita, esta vez a mis profesores en esa escuela: Verónica Saquel, Rodrigo Sepúlveda y Claudia Villarroel).
¿Qué tal la experiencia de trabajar en “Cuenta Conmigo”?
¿Cuánto espacio tengo? En resumen, ha sido una experiencia preciosa. Creo que es un producto que combina una idea fuerza muy potente y la posibilidad de enamorarse de los personajes a través de diálogos y situaciones más cotidianas y más elaboradas, algo que se pierde en las teleseries de elencos muy grandes o muy centradas en el impacto. El equipo de producción y los actores son un lujo; además está la sensación de que es una apuesta, una mirada fresca y una jugada arriesgada, algo que siempre se agradece y de lo que da gusto ser parte. Como escritora ha sido a la vez un desafío, un placer y, de nuevo, una escuela que te la encargo (con otros profesores: José Ignacio Valenzuela, el Chascas, jefe de equipo y autor de la idea original, y René Arcos y Patricio Heim, mis co-guionistas).
¿Qué te acomoda más a la hora de escribir: el drama o la comedia?
Igual que en la vida, un poco de ambos. Como dije antes, la comedia es mi primer amor, pero es un amor cuya forma se me escapa un poco. Mis referentes más importantes son personas como Woody Allen, Seinfeld, Larry David, Tina Fey; autores que hacen una comedia de lo real que no se basa en lo grotesco, sino en encontrar y poner una lupa sobre las pequeñas fisuras que evidencian nuestras contradicciones de todos los días. Por definición, esa comedia incorpora el drama y ésa es la que sueño hacer.
¿Qué te han parecido los resultados de audiencia de “Cuenta Conmigo”?
Obviamente uno siempre quisiera romperla en términos de rating. Siempre hay una cosa de ego involucrada y también porque hacerlo le hace la vida tanto más fácil al equipo y al producto. Ahora, es importante reconocer que parte de la opción por una mirada fresca es que rara vez la innovación se impone por goleada. Por eso es tan importante que el canal emisor lleve la apuesta hasta el final, quiera y apoye el producto hasta que su encanto cale.
En tres palabras, ¿cómo definirías “Cuenta Conmigo”?
Emocionante, entrañable y, le extrañe a quien le extrañe, divertida.
¿Cómo invitarías a la gente que no la ha visto a sumarse a la teleserie?
Véanla. La pantalla es la mejor invitación. Desafío a cualquiera a seguirla tres días seguidos y no enamorarse de uno o varios de sus personajes, no enternecerse con las relaciones entre ellos y no morir por saber qué va a pasar con Camilo, Josefina y Anita.