La semana pasada Roger Waters se presentó ante su público chileno en la etapa local de su gira “This Is Not A Drill Tour” dejando momentos memorables.
Pero fue también una ocasión para descubrir parte del lado oscuro del músico británico. Porque Waters tiene fama de ser una persona fría e implacable.
Son muchos los episodios conocidos en ese sentido, como el despido del tecladista de Pink Floyd, Richard Wright, durante la grabación del clásico “The Wall”, porque no toleró las diferencias musicales que éste constantemente manifestaba.
Una situación parecida la padeció el propio primogénito del artista, Harry Waters, quien en una reciente entrevista con la revista Rolling Stone contó que su padre no titubeó en echarlo de su banda.
Goodbye antes de la Navidad
Harry, de 47 años, es un pianista y organista que incluso a los dos años tuvo una participación en “The Wall”: es la voz infantil que antes del inicio de la canción “Goodbye Blue Sky” dice en inglés: “Mira mamá, hay un avión en el cielo”.
En la entrevista, comentó que un día antes de la Navidad del año 2016, Roger Waters llegó a su casa en Santa Mónica, California pero que en vez de ir con la intención de saludarlo por la festividad, lo fue a visitar para notificarle que no estaba considerado para la gira “Us + Them”.
“Me despidieron”, expresó el hijo del legendario músico. “Fue bastante miserable”, agregó.
Harry Waters, que tocó los teclados durante 14 años para su papá, confesó no saber el motivo exacto de la medida. “Creo que sólo quería un cambio de sangre, algo nuevo, algo fresco”, especuló.
Añadió que lo más duro de aceptar fue el hecho de que el exbajista de Pink Floyd no hiciera diferencias al hacer esta “limpieza” de sus músicos de apoyo.
“No estoy seguro de su razonamiento exacto, pero despidieron a todos menos a dos personas. Pero los otros despedidos no eran sus hijos, así que fue doblemente doloroso para mí”, expresó quien actualmente forma parte del grupo Brit Floyd, una banda tributo a Pink Floyd.