Han pasado 30 años y mucha agua bajo el puente, pero para Spencer Elden es un tema que le complica y, más aún, enoja: haber sido la guagua que aparece flotando desnudo en la tapa del disco “Nevermind”, el trabajo que catapultó a Nirvana al éxito global.
Una imagen icónica en la historia del rock, que tiene a su protagonista permanentemente respirando por una herida.
Todo partió por el deseo de Kurt Cobain de que en la cubierta del disco hubiera un bebé naciendo bajo el agua, pero como se trataba de una imagen muy complicada de conseguir, o demasiado explícita, se optó por contratar a un fotógrafo y a un buzo para obtener la toma. Y claro, una guagua.
Fue el fotógrafo, Kirk Weddle, quien llamó al padre de Spencer para pedirle que llevara al menor, que recién había cumplido cuatro meses, para una sesión de fotos. “¿Quieres ganar algo de dinero hoy y tirar a tu hijo a la piscina?”, recuerda Elden actualmente, quien reside en Los Angeles y se dedica al arte urbano.
Todo duró unos 5 minutos, nadie salió lastimado y el chico con sus padres se fueron a comer tacos con 200 dólares en el bolsillo. A Weddle, en tanto, le pagaron 1.000 dólares, incluyendo en ese monto los honorarios del buzo que fue contratado por si algo salía mal, y el trabajo de laboratorio que agregó a la imagen un anzuelo y un billete.
Sin embargo, Spencer Elden señala que haber corrido el riesgo de perecer bajo el agua no le ha reportado gran cosa, y aunque lleva tatuado el logo de Nevermind en su pecho, el tema se ha convertido para él en un mal recuerdo más que un motivo de orgullo.
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Como destaca una nota del diario argentina Clarín, reclama, por un lado, por los comentarios que ha debido soportar a lo largo del tiempo con respecto al tamaño de su pene. Y, además, por la poca consideración de los integrantes supervivientes de Nirvana, Dave Grohl y Krist Novoselic, quienes jamás se comunicaron con él.
No obstante, lo que más le molesta es que, en tres décadas, lo único que recibió como retribución por haber puesto su cuerpo para la tapa de uno de los más grandes éxitos de la música popular, con sobre 30 millones de discos vendidos, fue un álbum de platino y un peluche que le mandaron cuando cumplió un año.
“Todos los que participaron en el disco tienen toneladas y toneladas de dinero. Me siento como si fuera lo último del grunge. Vivo en la casa de mi madre y conduzco un Honda Civic. Es difícil no enojarse cuando oyes la cantidad de dinero que había en juego”, se queja.
Por ello, Elden en algún momento pensó en iniciar acciones legales contra Geffen Records, el sello que publicó “Nevermind”. Pero, al final, desistió de hacerlo porque comprendió que se trataba de una batalla perdida antes de ser emprendida.