Yuhui Lee es uno de los participantes de la nueva temporada de «Mundos Opuestos«. Si bien su origen es Chino, el chef reconoce que se siente «más chileno que nunca». Y así, con su simpatía y espontaneidad ha conquistado los corazones de nuestro país, pero ¿podrá hacer lo mismo con sus compañeros de encierro?
Lee llegó hace 12 años se mudó a Chile tras la muerte de su madre en su natal Shanghai, sin hablar una palabra de español. Aunque originalmente vino a estudiar, luego se instaló con un negocio de cosméticos para obtener su visa de trabajo. Pero no logró prosperar hasta que en 2017 fue parte de la tercera temporada de “MasterChef”, convirtiéndose en un personaje televisivo al obtener el segundo lugar.
“Sólo hago lo que me gusta en televisión”, afirma Yuhui, quien luego tuvo nuevas participaciones en otros programas culinarios. En uno de ellos, «El Discípulo del Chef» (2022, Chilevisión), obtuvo el primer lugar, lo que le permitió abrir su primer restaurante, titulado Discípulo, en Monticello.
«Para mí la cocina es mi futuro, mucho más que la tele. Para la tele hay que tener talento y suerte, tienes que gustarle a la gente de la tele, pero en un restaurante puedes trabajar bien”, comenta sobre su futuro el participante de «Mundos Opuestos 3».
De «Gran Hermano» a «Mundos Opuestos»
El año pasado, Yuhui Lee debutó en los realities en “Gran Hermano” (Chilevisión), donde destacó por un momento donde por primera vez lo vimos perder la paciencia en cámara, insultando a un compañero de encierro. “Normalmente no me enojo nunca, soy chistoso y simpático, pero si una persona me molesta y no puedo alejarme de ella por estar encerrado, cuesta controlarse. Me molesta que hablen de mi familia, de mi país y las faltas de respeto”, señala Lee.
Consultado por su decisión de ingresar a “Mundos Opuestos”, Yuhui tiene sus motivos muy claros. “Siempre me gusta probar cosas nuevas y quiero tener historias para contarles a mi familia y mis amigos. No quiero repetirme, y si ya estuve en tantos programas de cocina, ahora quiero ver cómo soy en mi convivencia y en competencia”, enumera.
Además, a diferencia de su experiencia anterior, ahora no quiere tener problemas con nadie. “Quiero ser divertido, chistoso y mostrar alegría. No me voy a enojar si se meten con mi comida o si me toca bañarme con agua helada. Siento que estoy preparado para vivir en el pasado, pero ojalá me toque un equipo bueno”, manifiesta.
Eso sí, se confiesa pésimo para las competencias físicas. “Me encantan los retos de darle cuerda a las cosas, o mover piezas, ordenar colores. Soy seco para los juegos Diana. Pero si toca algo de fuerza, cag… Yo creo que nadie va a querer estar en un equipo conmigo”, ríe.
Al respecto, tiene un deseo. “Ojalá haya pruebas que no sean sólo de fuerza, sino también de inteligencia y cálculo. Soy muy bueno para las matemáticas»., cerró.