Pese a que las teleseries nocturnas llevan algunos años en pantalla, el 2007, Pablo Illanes dio un vuelco en el género y sorprendió con la exitosa Alguien Te Mira, thriller policial protagonizado por un buscado asesino en serie. Para el mes de abril de este año, en cambio, nos pretende cautivar con ¿Dónde está Elisa?, la nueva producción de TVN y que trata la historia de una joven que desaparece en extrañas circunstancias. En exclusiva, el guionista nos cuenta algo más de la apuesta dramática que veremos próximamente en el canal estatal.
¿Cómo describes esta nueva apuesta?
Como un thriller sicológico sobre la desaparición de una niña y los efectos que esto produce en un grupo familiar, pero también como el retrato de un policía emocionalmente bloqueado a quien el destino ofrece una nueva oportunidad.
¿Qué variedad de personajes encontraremos en la producción?
Son seres complejos, muchos de ellos totalmente equivocados, pero son gente de carne y hueso. Gente a la que le pasan cosas y que reacciona de determinada forma frente a esas cosas. Lo que une a estas personas es que son miembros o amigos de una familia, los Domínguez, un clan que siempre veremos en tensión perpetua.
La protagonista es una adolescente, por lo que la veremos en situaciones como el carrete juvenil. ¿Qué otros temas abordará su vida?
El tema es Elisa. Todo lo que la rodea: sus amigos, sus primos, su familia, su colegio, su gente, su facebook, todo. Una de las aristas es el mundo de sus primos inseparables, Gaspar, Sebastián y Florencia, con quienes tiene relaciones de distinto tipo. En ese mundo por cierto que está el carrete, pero también hay otros temas igual de potentes, como el abandono y el matonaje o bullyng (cyber y real). En ese sentido Elisa es una chica normal de 16 años.
Además de la desaparición, se toca otros temas como la homosexualidad, historia a cargo del rol de César Caillet. ¿Qué tendremos en esa trama?
Es la versión muy dark de la relación de Martín Pells con su novio. Un drama contemporáneo sobre un amor prohibido. No voy a arruinarles el cuento, pero básicamente cuando Javier (César Caillet), amigo de Olivia (Francisca Imboden), decide volver a Chile viene listo para finalmente salir del closet. Esta decisión no sólo impactará fuertemente a Olivia, quien fue su polola en la adolescencia, sino que además develará la otra cara de Ignacio Cousiño (Álvaro Morales), su marido.
En el elenco hay algunas figuras de Alguien Te Mira, pero también otros que debutan en el horario como Álvaro Morales o Francisco Reyes. ¿Cómo ha sido trabajar con este grupo de actores?
En TVN el trabajo actoral siempre es un elemento fundamental. Digamos que hay mayor preocupación por la interpretación y por lo general creo que se ven menos malas actuaciones que en otros canales. Trabajar con actores de la experiencia de Pancho Reyes o Álvaro Morales siempre es un agrado. En general, en esta teleserie el elenco es un lujo. Resulta sorprendente, de pronto, encontrarse en una sola escena de total intensidad al trío Reyes, Rudolphy, Melo, por ejemplo. Estoy seguro que muchas de estas actuaciones darán que hablar, empezando por Sigrid Alegría, como Francisca, la madre de Elisa.
En tu primera nocturna, pese a lo dramático que eran los asesinatos, había comedia con la historia de Imboden, Mena y Arredondo. ¿Habrá alguien que lleve ese aspecto en esta apuesta?
No hay risas esta vez.
Hubo varias críticas hacia Alguien Te Mira, porque supuestamente incitaba a la violencia sobre la mujer, puede ser que ahora salgan diciendo que la apuesta fomenta el secuestro. ¿Por qué crees que hay gente que sigue mezclando la ficción con la realidad?
De partida, todas las manifestaciones artísticas se nutren siempre de la realidad. En la realidad está el material para articular mundos de ficción. Por lo mismo, la controversia y el debate sobre lo que pasa al revés (cuando la ficción nutre a la realidad) es más larga que la vida misma. Creo personalmente que es una discusión estéril y que pasa por lo subjetivo, por lo que uno piensa. Yo pienso que si la televisión o el cine fomentaran el crimen bastaría con exponer a todos los presos del mundo a una maratón de La pequeña casa en la pradera para erradicar el delito para siempre.
¿Cómo ves el posible enfrentamiento de la teleserie con 1810?
Es un escenario complejo, pero afortunadamente no hay ningún punto de comparación entre una cosa y otra. 1810 se inscribe en otro género (el reality), en otro formato (dura como tres horas) y juega por eso con otros códigos con la atención del espectador. “¿Dónde está Elisa?” tiene algo que 1810 nunca tendrá: una historia.
Supimos que ya trabajas con tu equipo la trama de la próxima teleserie nocturna, una producción de época y que en sus ingredientes sumará a los vampiros. ¿Nos puedes contar algo de eso?
Sí. Estamos trabajando en varios proyectos, uno de los cuales corresponde a la saga vampírica a la que te refieres, pero… no puedo contar absolutamente nada más porque si no me clavan una estaca en el corazón.
¿Te has sentido bien trabajando con esta libertad que da el horario nocturno en TVN?
Me he sentido muy bien. He sido afortunado en el sentido de ser parte del nacimiento de un formato nuevo (las nocturnas) donde hay una responsabilidad enorme: el ofrecer historias reales que toquen otras fibras. La libertad para ejercer esa responsabilidad es fundamental y en el canal uno la tiene.
¿Por qué hay que ver “Dónde está Elisa”? ¿Qué podría esperar el público de Fotech respecto a la teleserie?
Más que ningún otro público, creo que los seguidores de Fotech deben convertirse en adictos a “¿Dónde está Elisa?”. Los fotechitos son de detalles y obsesiones, de pequeñas cosas que comentan en los foros y que a menudo parece que sólo ellos se dan cuenta de que existen. Bueno, esta teleserie está repleta de esos detalles y obsesiones. Estoy seguro que en el foro correspondiente, más de alguien se aventurará a proponer teorías e hipótesis sobre las diversas líneas de investigación en torno a la desaparecida Elisa Domínguez. Ese juego es el que propone la teleserie: que por 90 capítulos todos seamos parte de un enigma; que la gente siga, comente y sume las pistas; que cada espectador sea capaz de responder a la pregunta del millón. Es una propuesta y un desafío. ¡Encontrémosla!