El capítulo 53 de «El Jardín de Olivia«, que ya está disponible en Mega Go y veremos este jueves en Mega, estará marcado por una cruda escena que protagonizarán Luis Emilio (Alejandro Trejo) y Bernardita (Catalina Guerra).
Y es que luego del golpe que recibió de parte de su esposa, Walker no dudará en tomar cartas en el asunto en su contra. Así se lo deja ver cuando ella llega a la casa y le recuerda que su noche de pololeo aún está pendiente, pese al «regalito» que le dejó en la cabeza tras golpearlo con el marco de una foto.
«Ojalá te sirva de recordatorio así puedes entender que la próxima vez que te digan que no, es no«, le deja en claro la mujer. Aún así, él insiste que para esa velada compró espumante porque tienen la casa para los dos. «Tú de verdad estás hablando en serio», le reprocha, a lo que él le responda que es «para que veas que no soy rencoroso».
Acto seguido, Walker ve a Carmencita, quien le llevaba un té de melisa a la dueña de casa. Sin embargo, el antagonista de la teleserie de Mega le aclara que él mismo se lo llevará. Así, y para concretar su plan, le agrega dos pastillas a la infusión.
Luis Emilio toma «cartas en el asunto» con Bernardita en «El Jardín de Olivia»
Una vez en el dormitorio, en este capítulo de «El Jardín de Olivia» veremos cómo la medicación hizo efecto en Bernardita ante la satisfactoria mirada de Luis Emilio. «Lo que pasa es que tú, últimamente, has estado muy tensa. Ese rechazo que has tenido hacia a mí, francamente, no sé… Por el bien de nuestra relación, decidí tomar cartas en el asunto y ayudar a relajarte«, le explica.
De esta manera, y pese a que intenta sacárselo de encima, el empresario comienza a besar a su esposa para «darnos ese pololeo que nos estamos debiendo». Esto, con toda la intención de abusar de su mujer mientras ella intenta zafar del momento, sin resultado.
Walker le recuerda que a pesar de lo que han vivido y cómo han cambiado las cosas, aún la quiere «como el primer día». Por lo mismo, le pide que tiene que ser «un poquito más agradecida y no empeñarte en ser esa mujer amargada y fría».
Bernardita comienza a llorar al ver lo que su esposo le está haciendo. «No llores, tú sabes que no soy un hombre vengativo. Nunca te haría a ti lo que me hiciste…. Aunque podría«, le insiste, desabrochando su pillama. «Siempre consigo lo que quiero«, le aclara, para luego taparla y detenerse.