Jiles y Caroe fuera de Mentiras Verdaderas: El poder de veto de la “elite”

En pocas semanas, el estelar de La Red perdió a dos de sus principales atracciones. Mientras lo de la periodista se veía venir, lo del mago y comediante fue sorpresivo. En ambos casos se sospecha fuertemente de la mano negra de la “elite”.

Dentro de la mediocridad y chatura que caracteriza a la televisión abierta, La Red se ha transformado en un verdadero oasis de creatividad y libertad de expresión, siendo los mayores reflejos de esto programas como “Hora 20”, “Así Somos”, “Vigilantes” y, en especial, “Mentiras Verdaderas”. Sin embargo, el programa conducido por Jean Phillipe Cretton ha sufrido dos pérdidas sensibles en estas últimas semanas: la periodista Pamela Jiles y el comediante Edo Caroe. Justamente, los dos panelistas del programa que mejor encarnaban el espíritu de libre expresión del programa y del canal.

Usando un conocido cliché, lo de Pamela Jiles era “crónica de una salida anunciada”. Su sección de los Lunes “Chile a Prueba de Jiles”, en los que analizaba descarnadamente la actualidad política, estaba causando escozor en muchos miembros de lo que ella llamaba “la elite”. La sección era una versión “light” y con tono farandulero y didáctico del trabajo investigativo de gente como Mónica González con su centro CIPER, María Olivia Monckeberg, Tomás y Nibaldo Mosciatti, y otros apóstoles del periodismo de verdad. “Chile a prueba de Jiles” ofrecía análisis político y datos sabrosos, pero tenía la gracia de hacer con la política lo mismo que hizo Franco Parisi con la economía: explicarla “en fácil”, con un lenguaje sencillo y accesible para el público masivo. Más allá de su discurso teñido por su evidente sesgo político de izquierda, y del grado de acuerdo que uno pueda tener con su opinión, lo que hacía Pamela Jiles era una labor de pedagogía política, muy necesaria en un país donde no se enseña educación cívica a los jóvenes. Sin embargo, y como tantas otras veces, los poderes fácticos se ensañaron con la “abuela”. El canal resistió como pudo, pero llegó un momento en que el asuntó se tornó insoportable y Jiles decidió dar por finalizada su sección para no perjudicar a la estación televisiva. Tal parece que a los poderosos no les gusta que alguien le enseñe las claves del poder a la gran masa, mucho menos en forma didáctica. Y los que lo han intentado, como Franco Parisi en economía y Pamela Jiles en política, han tenido que soportar su furia en la forma de telefonazos anónimos y amenazas veladas.

Lo de Edo Caroe, por el contrario, fue sorpresivo. Aprovechando que el país estaba en otra por el debut triunfador de Chile en el Mundial, el “Mentiras de Viernes” 13 de Junio partía sin Caroe en las pantallas, mientras paralelamente salía un comunicado del mago en su página de Facebook anunciando su salida en términos extrañamente formales: “Queridos amigos, hoy finaliza una linda etapa en Mentiras Verdaderas en La Red. Quiero agradecer a todo el equipo del programa y a todos los ejecutivos del canal por la oportunidad. En forma especial quiero agradecer a ustedes, mi fiel público, por su apoyo incondicional ¡Son increíbles! Nos veremos pronto, se vienen nuevos proyectos. Abrazo!”. A diferencia del verdadero homenaje que se le hizo a Pamela Jiles, Jean Phillipe no hizo mención alguna a la salida de Caroe del programa. Lo que sí, hubo bastantes alusiones a la llegada de la “nueva administración” del canal y de nuevos encargados del programa, a los que seguramente no les gustó el humor negro y descuadrado de Edo y su grupo. Además, después de eso los Viernes Sin Censura dejaron de lado el humor de doble sentido que ha sido su sello distintivo, y se han dedicado a pasar videos divertidos y hacer entrevistas light.

¿Cómo se explica que el canal haya querido prescindir de una carta tan fuerte como Caroe, sin duda una de las atracciones de “Mentiras Verdaderas”? Entrando en el terreno de la especulación, creo que la explicación se encuentra en “Paya High”, el dúo de payadores de clase alta que sacó ronchas en tres ediciones del programa con su humor clasista. Si los chistes negros, crueles y de doble sentido, y los piropos flaites nunca provocaron mayores quejas (ninguna denuncia al CNTV), lo de “Paya High” fue más de lo que muchos en “la elite” pudieron soportar. Estamos acostumbrados a caricaturizar a las clases pobres, pero no a las clases ricas, y menos con tanta ironía y acidez. Los “Paya High”, usando chistes clasistas contra los pobres, en el fondo hacían una descarnada crítica a la clase alta pro-pinochetista, la cual parece que caló demasiado hondo en ciertos grupos. Y lo lograron en solamente tres apariciones en el programa, la última de las cuales no fue publicada en You Tube, hecho que reafirma esta especulación.

¿Qué tienen en común lo de Pamela Jiles y Edo Caroe? Que ambos, a su manera y desde sus respectivas trincheras, dijeron verdades demasiado incómodas para cierta gente con poder que, ya sea en forma directa o velada, hicieron lobby y movieron influencias para sacarlos de pantalla. A pesar de los años de democracia, en los hechos existen poderosos que, cuando ven en TV a alguien diciendo algo que no les gusta o les duele, tienen capacidad de presión para hacer callar esas voces. No es la primera vez que sucede. Recuerdo cuando sacaron a Deborah Bailey de “Noche Serena” en 1997 por criticar a la Iglesia Católica por la censura contra “La Última Tentación de Cristo”; el despido de la editora de “Pantalla Abierta” Francisca Lira el 2002 por un reportaje sobre malas prácticas en una empresa de telefonía; o el bochorno del reportaje de “Contacto” sobre discriminación clasista en colegios ABC1. Aunque se han logrado importantes avances en investigación periodística a poderosos en TV con programas como “Esto No Tiene Nombre”, lo sucedido con Jiles y Caroe demuestra que siguen teniendo, en los hechos, poder de veto sobre los contenidos que se emiten en TV abierta. ¿Irá a cambiar alguna vez? Se ve difícil, aunque con el advenimiento de la Internet y sus posibilidades de transmisión de contenidos, el control será cada vez más difícil.