Todo comenzó el pasado sábado cuando sus hijos lo pasaron a buscar para llevarlo al aeropuerto debido a un concierto que tenía agendado en Los Ángeles. Sin embargo, de su departamento terminó siendo internado en la Clínica Las Condes.
Según reveló Pablo Herrera en conversación con LUN indicó que “cuando llegó Bastián al departamento me miró y me dijo ‘Papá, ¿qué onda? Estás hablando raro’. Yo le dije: ‘¿Cómo raro? Estoy hablando bien’. Yo no sentía, para nada, que estuviera hablando raro. Ahí me dice ‘Estás hablando como si estuvieras borracho’. De repente me agaché a buscar algo y no me acuerdo pero me dicen que me quedé agachado. Ahí mi hermano dijo ‘Algo le está pasando, vamos a la clínica’ . Yo le dije ‘Estái loco, tenemos que ir a tocar’. Yo lo único que quería era ir al concierto porque se han caído todos los shows por la crisis y necesitaba ir a tocar”.
Después de esa discusión, el cantante terminó en el centro asistencial. Según sus palabras, “estaba semi consciente, pero hay episodios que no me acuerdo. Uno se puede morir y no se entera, es súper apacible, como que estaba en otra. Yo soy súper sano, he tenido accidentes en mountain bike, pero traumas, nunca algo en la cabeza. Tuve un accidente isquémico transitorio. Ahora me siento como que hubiera corrido los 40K, muy cansado, agotado, y en general yo tengo harta energía”.
A pesar de la gravedad de su condición, a Herrera le preocupa una sola cosa: “A mí no me da susto irme para el otro lado (morirse), porque he tenido una vida linda, todas las deudas quedarían pagadas, dejo harta música para la gente pero el tema es quedar con secuelas, no irme, pasar a ser un cacho para alguien. Eso es heavy, no quiero arruinarle la vida a nadie ahí teniendo que cuidar al tatita”.