Durante la primera década de este siglo Amanda Bynes fue una de las estrellas juveniles más populares del cine y la televisión. Internacionalmente reconocida por sus papeles protagónicos en películas como “Lo que una chica quiere”, “Amor destruido”, “Ella es el hombre” o “Sydney White”, en ese momento el mundo casi estaba a sus pies.
Pero, a partir del año 2012, comenzó a manifestar ataques depresivos y de ansiedad provocados por su adicción a sustancias psicoactivas, que acabaron por destruir su carrera.
Debido a sus problemas de salud mental, la actriz prácticamente desapareció del ojo público. Hasta que, en marzo pasado, se supo la noticia de que las habían encontrado deambulando por las calles desnuda y, al parecer, con una sobredosis de sustancias alucinógenas.
En ese momento fue internada en un hospital psiquiátrico.
Vida solitaria
Según fuentes cercanas a la actriz citadas por el portal TMZ, Bynes ya fue dada de alta. “Ha vuelto a vivir sola en su departamento”, confirmaron.
No obstante, aunque lucha por reconquistar su independencia, se mantiene en un estado de alta vulnerabilidad. De hecho, sus allegados indicaron que no hay mucha gente en su vida y “habitualmente se siente sola”.
Cabe señalar que, en marzo del 2022, la actriz ganó una demanda contra sus padres para retomar el control sobre su propia vida, luego de que en 2013 se convirtieran en sus tutores legales, con poder para adoptar en su nombre las decisiones financieras y de atención médica.
Pese a ello, hoy se mantiene en comunicación con sus padres y hermanos, quienes tratan de alejarla de su expareja sentimental, Paul Michael, a quien responsabilizan de haberla incentivado a dejar de tomar los medicamentos que la ayudan a tratar su depresión y de no haberla apoyado en sus momentos más difíciles.
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