El mes y días que María Paz Arancibia alcanzó a estar como panelista de “Sígueme”, antes de hacer efectiva su renuncia en febrero de este año, le bastaron para hacerse una idea de la calidad profesional y como persona de cada uno de sus ex compañeros de programa. Un grupo que describió como manada y que trabajaba en bandos, bajo el cual decidían cómo analizar temas complejos, protegiendo a algunos personajes y tirando a la hoguera a otros.
Y es que la periodista no se guardó nada como invitada al podcast “Juzgamos y nos funamos” de Danilo 21, donde ‘destazó’ al panel del programa de farándula de TV+ y dio cuenta de la experiencia negativa que le dejó esa instancia laboral.
“Me fui con una mala sensación”, reconoció. “No me juntaría a tomar un café con ninguno (de ellos) porque creo que tengo muchos motivos para sentirme así (…) Fue feo lo que pasó a nivel de grupo”, detalló.
Aunque hizo la distinción respecto de Sergio Marabolí, de quien dijo que, si bien nunca abogó por ella ni frenó ninguna situación de tensión o maltrato (en referencia al tenso episodio que vivió con Daniela Aránguiz, donde la comunicadora terminó llorando), sí estuvo a su lado para tranquilizarla. No obstante aquello, también reconoció que el periodista “no se mojaba el potito (sic)”
Un rebaño con censura
En ese contexto, María Paz Arancibia dio cuenta de la censura y pauteo editorial a los que se veían sometidos, prohibiéndoles hablar de polémicas relacionadas con Patricia Maldonado o de las adicciones de Fernando Solabarrieta, además de la imposibilidad de utilizar las palabras “víctima” y “violación” en el caso de Jorge Valdivia. Y, por el contrario, también el acuerdo tácito de opinar de manera negativa sobre las acciones de Daniella Campos.
Todas estas situaciones, a juicio de la comunicadora, fueron parte de un “descriterio aberrante”
“Me parecía una niñería y una falta de profesionalismo por parte del resto de colegas. No solo yo era periodista, también estaba ‘Guagüito’ (Michael Roldán) y Julia Vial. Era rarísimo lo que se daba ahí”.
Sobre la situación que vivió con Daniela Aránguiz, María Paz Arancibia explicó que nunca tuvo la intención de ofenderla como tampoco a sus hijos. “Era ella la que se estaba prestando para hablar sobre un tema sensible”, dijo la comunicadora en relación al episodio cuando la ex señora del Mago Valdivia paró la grabación del programa para enfrentarla.
Además, señaló que el resto de panelistas les hacían fiesta a la llamada “cara de cuica”, adulándola y siguiendo sus instrucciones. “La hostilidad de la conductora (Julia Vial) -a quien calificó como “pesada”- me parecía absurda (…) Después entendí que se movían así. En rebaño. Todos para un lado y para el otro, pendientes del ánimo con el que podía llegar la señorita Daniela”, recalcó.
«Insoportable»
María Paz Arancibia especula que probablemente esos códigos ya estaba preestablecidos en el círculo de los panelistas de «Sigueme». “La única que venía a llevar la contra era yo, que no lo hice con ninguna intención. Si me hubiese quedado callada e intentar infiltrarme al grupo a como dé lugar, me hubieran aceptado mejor. No fue lo que hice porque yo iba a trabajar”, detalló.
Sobre sus compañeros en particular, tampoco tuvo piedad a la hora de describirlos. Respecto de Michael Roldan dijo que era “insoportable” y que intentó enseñarle cómo funciona un panel de televisión. “Creo que se sintió un poquito amenazado porque llegaba otra periodista con base de información”, señaló sobre la actitud del comunicador.
En cuanto a Camilísima, a juicio de Arancibia, la comunicadora estaba más preocupada de no ser funada y con miedo al escrutinio público. “En ese panel, me suena y sabe a nada”, aseveró.
Y sobre Carla Ballero cree que la antipatía hacia su persona se debió a que celebró el hecho de quedarse en el programa gracias a la salida de Gisella Gallardo.