El líder y motor artístico de los Beach Boys dejó este mundo el miércoles 11 de junio, dando final a una vida plena de logros artísticos, pero donde tuvo que lidiar con fuertes problemas de salud mental.
Se nos fue un prócer de la música pop. En su cuenta de X, Alberto Marchena Jr. (marchenajr) lo dice todo: “Solo para entender la dimensión de la muerte de Brian Wilson de Beach Boys: es equivalente a la muerte de un Beatles o un Stone”. Wilson creó mucha de la mejor música del siglo XX; llevó a la música pop al siguiente nivel; con su trabajo motivó a The Beatles a exigirse, a dar lo mejor de sí, transformándose en uno de los principales protagonistas de una de las mejores épocas de la historia de la música.
La cumbre de la música de verano. Los Beach Boys fueron los máximos exponentes de la llamada “música surf”, una de las tantas modas musicales que llenaron el vacío entre los pioneros del rock and roll y la beatlemanía. Su mezcla de música coral con rock and roll hizo furor en su momento, y nos regaló un ramillete de hits que hablaban de verano, playas, convertibles, chicas y, sobre todo, mucho surf: “California Girls”, “Surfin USA”, “Surfin Safari”, “I Get Around”, “Help Me Rhonda”, “Barbara Ann”, “Little Deuce Coup”. No deja de ser significativo que uno de los íconos de una de las épocas más felices y relajadas del Estado de California deje este mundo en momentos en que ese Estado arde por los cuatro costados producto del “Estallido Social” provocado por las agresivas políticas migratorias de Donald Trump.
Siempre quiso algo más. A pesar de su éxito, Brian Wilson nunca se conformó con ser una factoría de hits pachangueros de verano. Tenía ambiciones musicales mayores. La “invasión británica” encabezada por The Beatles, aparte de desplazarlos en los charts, obligó a los Beach Boys a replantearse, y sirvió de acicate para la genialidad y creatividad de Wilson.
Uno de los mejores ejemplos de “competencia virtuosa”. La historia es muy conocida: Brian Wilson alucinó en colores con el disco “Rubber Soul” de The Beatles, y se propuso superar esa marca. Dejó las giras de la banda, se encerró a componer música, y de su delirante labor emergió “Pet Sounds”, la “joya de la corona” de la discografía de los Beach Boys. Un álbum considerado entre los mejores de la historia, gran influencia para muchos de sus colegas, y adorado a más no poder por Paul McCartney. Macca alucinó con “Pet Sounds”, se propuso mejorar esa marca. Se puso a trabajar, y el resultado fue “Sgt Pepper Lonely Hears Club Band”, considerado por muchos el mejor álbum de la historia del rock. Brian Wilson intentó continuar el desafío con su obra “Smile”, pero diferencias con sus compañeros de banda y sus propios fantasmas impidieron que pudiera seguir, y ese trabajo recién pudo salir a la luz en 2004 como parte de su obra solista. Tal como Messi y CR7 en el fútbol, o Federer y Nadal en el tenis, Brian Wilson y Paul McCartney tuvieron una relación de rivales que se respetaban y admiraban mutuamente, y que buscaban superarse artísticamente. El resultado: dos genios de la música prodigándose artísticamente, sacándose rendimiento al máximo, y creando la mejor música de todos los tiempos.
Una vida de lucha con sus demonios. Brian Wilson tuvo que luchar contra problemas de salud mental que no le dieron tregua. Proveniente de una familia disfuncional, con una madre alcohólica y un padre autoritario y dominante; adicto a las drogas por años; con problemas de esquizofrenia y manipulado por su médico de cabecera por años. Quizás esos fantasmas estimularon su creatividad, pero claramente le dañaron su existencia.
Las muestras de pesar de sus colegas lo dicen todo. Brian Wilson fue mucho más que el líder de una banda especializada en “cancioncitas veraniegas”. Fue uno de los más importantes compositores de música pop del siglo XX. Alguien que amplió los horizontes de la producción musical, se atrevió a hacer propuestas jugadas que le granjearon la admiración de sus competidores y contemporáneos. Inspiró a Paul McCartney, a Elton John, a Cat Stevens y a muchos más. Solo hay admiración, respeto y alabanzas para este auténtico genio de la música.
Se suma a la banda de la eternidad. Ahora está allá arriba, componiendo música con tranquilidad, sin los fantasmas que lo persiguieron en vida. ¿No sería agradable verlo sentado en una nube, disfrutando de todo el legado que dejó? Brian Wilson se ganó un lugar entre los más grandes de la música. Que descanse en paz y disfrute, que se lo merece más que nadie.